Aunque los detalles tendrán aún que esperar, sí os puedo comunicar la buena noticia, ¡hemos vencido! El templo ha sido salvado de las garras de los academicistas, gracias a vuestro apoyo y a la movilización de la población local, que no se ha dejado avasallar por mamporreros de la vieja ciencia.
Ahora, al fin, podremos sacar a la luz innumerables piezas y documentos, a los que les esperaba en el mejor de los casos pudrirse en los sótanos de algún museo.
¡Que la Libertad nos siga guiando en esta interminable batalla por la Verdad!
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