Durante demasiado tiempo hemos permitido que este mercachifle nos ataque impunemente a los historiadores desde este blog. No vamos a consentir que siga propagando calumnias. Es absolutamente falso que destruyamos u ocultemos objetos porque no encajen en nuestras teorías, teorías resultado de años de estudios y no de ver películas y leer tebeos, que son la única base de este descarado. Sus pruebas son ridículas como puede ver cualquiera con dos dedos de frente que revise el deleznable historial de este blog, personajes de ficción y pseudo documentales van de la mano en un burdo intento de apoyar las tesis de otro mangante, Erich Von Däniken, un estafador del fisco reconvertido a feriante.
Hasta ahora lo miraba con el desprecio que merece esta cucaracha, pero esta abracadabrante batalla por la supuesta salvación de un templo ha marcado el límite. Es mentira, repito, mentira, que mi equipo pretenda dañar el templo de Saraswati, un edificio encontrado gracias a mi labor de investigación y no las paparruchas y los contactos criminales de Patrick Von Steiner. Si alguien cree este relato alucinógeno de satélites de la muerte, cantantes, personajes de cómics y dios sabe que más, es que tiene serios problemas mentales o es imbécil. Gracias a uno de mis colaboradores he podido entrar en la cuenta de este farsante y me aseguraré de que no puede borrar esta entrada.
La única amenaza a ese templo son los criminales y terroristas de medio pelo que ha reunido este condenado suizo. Aprovecho para dirigirme a ti, Patrick, cabrón miserable, sé que estás leyendo esto. Vete a tu cueva en Suiza o haré que el ejército hindú te eche a patadas, a ti y a los ladrones que te acompañan.
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