Reanudo este imprescindible repaso a las Expediciones alienígenas que desarrollaron las civilizaciones en la Tierra, la disensión entre Nibiru y Delos con la que terminé el otro día sólo fue el primero de los problemas a los que se enfrentaron estos intrépidos soñadores. La alianza estaba rota en dos, un grupo veía la Tierra como una fuente de recursos mientras que el otro aspiraba a desarrollar nuevas formas de vida inteligente.
Esa división fue todo lo que necesitó una raza de insectoides que aprovechó para asentarse en varios lugares de Asia y África, devastando todo lo que encontraban a su paso, eran como una marabunta. Aniquilaban cualquier forma de vida que pareciera apta para desarrollar inteligencia. Las expediciones lideradas por Niribu se limitaron a proteger sus territorios. Sólo la intervención de Delos detuvo la plaga, que amenazaba con devorar toda la Tierra.
La pasividad de Niribu y sus aliados fue la proverbial gota que colmó el vaso y las relaciones entre los dos grupos, que habían sido tensas durante los últimos siglos simplemente se volvieron inexistentes. Desde entonces se ignoran mutuamente, un lujo muy caro que terminarán pagando pues mientras se debatían entre sus propios intereses y la invasión insectoide otro grupo de extraterrestres hacía su llegada a la Tierra, con intenciones igualmente maléficas pero con un plan de acción más refinado y que aún sigue en marcha. Pero ese es el tema de la próxima entrega.
Hasta entonces, ¡por Isis!
Esa división fue todo lo que necesitó una raza de insectoides que aprovechó para asentarse en varios lugares de Asia y África, devastando todo lo que encontraban a su paso, eran como una marabunta. Aniquilaban cualquier forma de vida que pareciera apta para desarrollar inteligencia. Las expediciones lideradas por Niribu se limitaron a proteger sus territorios. Sólo la intervención de Delos detuvo la plaga, que amenazaba con devorar toda la Tierra.
La pasividad de Niribu y sus aliados fue la proverbial gota que colmó el vaso y las relaciones entre los dos grupos, que habían sido tensas durante los últimos siglos simplemente se volvieron inexistentes. Desde entonces se ignoran mutuamente, un lujo muy caro que terminarán pagando pues mientras se debatían entre sus propios intereses y la invasión insectoide otro grupo de extraterrestres hacía su llegada a la Tierra, con intenciones igualmente maléficas pero con un plan de acción más refinado y que aún sigue en marcha. Pero ese es el tema de la próxima entrega.
Hasta entonces, ¡por Isis!
No hay comentarios:
Publicar un comentario