Tras su expulsión de Annu, Ra y el culto de Atón se habían extendido por la costa palestina, donde crearon el reino de Israel. Ra adoptó el nombre de Jehová, y aunque su reino era pequeño y discreto, pronto consiguió la adhesión de otros muchos Arquetípicos de Oriente Medio. A pesar de su derrota no había abandonado su proyecto de crear un ser superior.
Se dice que con la ayuda de una raza extraterrestre anfibia, Ra reunió a los descendientes de Adán, su primer proyecto y mediante un proceso secreto que llevó siglos de eugenesia finalmente dio el toque final. Gran parte de los pasos que dio constituyen todo un misterio, aunque casi todos los eruditos coinciden en que estaba inequívocamente relacionado con el linaje de Adán. Según algunos eruditos y versiones apócrifas, Ra/Jehová envió a su agente Gabriel para que se uniera con una humilde mujer llamada Mariam, del linaje de Adán. Su hijo sería conocido como Jesús de Nazareth.
Treinta años después el Proyecto Mesías apareció en público. A pesar de tener un cuerpo mortal, el Mesías disponía de poderes divinos. Cuando los demás Arquetípicos descubrieron lo ocurrido, algunos se sintieron horrorizados, y otros fascinados, y aunque se mantuvieron a distancia, enviaron a sus agentes para observar el Proyecto y las intenciones de Jehová.
Pero otros decidieron tomar acciones más directas. Se dice que Shaitan, que era incapaz de asumir que alguien tuviera éxito donde él había fracasado, intentó asumir el control del proyecto, y al no conseguirlo, trató de destruir al Mesías.
Y el poder del Mesías se reveló nuevamente. A pesar de las heridas y el daño sufrido, consiguió resucitar. Algunos Arquetípicos como Adonis, Balder o Mitra disponían de este sorprendente poder de regeneración, pero hasta el momento el secreto de la resurrección no era accesible para los humanos.
Jehová reveló entonces el propósito de su proyecto. Mediante las técnicas de la reencarnación, Osiris –que había sido asesinado por Set- había conseguido regresar de la muerte gracias al cuerpo especialmente preparado por Jehová, creando de esta forma una fusión perfecta entre hombre y Arquetípico.
Las consecuencias de este proyecto no eran para nada despreciables. Las formas de los Arquetípicos y la invocación de sus poderes tenían un coste energético considerable, pero la forma humana, perfectamente adaptada a la vida sobre la tierra, a pesar de su aparente fragilidad, resultaba mucho más apta y discreta. Mediante la reencarnación y la resurrección los Arquetípicos podían volver a renacer una y otra vez sobre la tierra, a pesar de que sus formas resultasen destruidas. Había algunas limitaciones, pero en esencia, se trataba de un proceso fiable.
Jehová trató de guardar el secreto del proceso y compartirlo sólo con sus adeptos y seguidores. Sin embargo el secreto no duró mucho tiempo. Shaitán lo robó y lo compartió con Lilith, quien a su vez lo compartiría con Isis, y así sucesivamente, este poder se convertiría en un conocimiento extendido entre los Arquetípicos.
Se dice que con la ayuda de una raza extraterrestre anfibia, Ra reunió a los descendientes de Adán, su primer proyecto y mediante un proceso secreto que llevó siglos de eugenesia finalmente dio el toque final. Gran parte de los pasos que dio constituyen todo un misterio, aunque casi todos los eruditos coinciden en que estaba inequívocamente relacionado con el linaje de Adán. Según algunos eruditos y versiones apócrifas, Ra/Jehová envió a su agente Gabriel para que se uniera con una humilde mujer llamada Mariam, del linaje de Adán. Su hijo sería conocido como Jesús de Nazareth.
Treinta años después el Proyecto Mesías apareció en público. A pesar de tener un cuerpo mortal, el Mesías disponía de poderes divinos. Cuando los demás Arquetípicos descubrieron lo ocurrido, algunos se sintieron horrorizados, y otros fascinados, y aunque se mantuvieron a distancia, enviaron a sus agentes para observar el Proyecto y las intenciones de Jehová.
Pero otros decidieron tomar acciones más directas. Se dice que Shaitan, que era incapaz de asumir que alguien tuviera éxito donde él había fracasado, intentó asumir el control del proyecto, y al no conseguirlo, trató de destruir al Mesías.
Y el poder del Mesías se reveló nuevamente. A pesar de las heridas y el daño sufrido, consiguió resucitar. Algunos Arquetípicos como Adonis, Balder o Mitra disponían de este sorprendente poder de regeneración, pero hasta el momento el secreto de la resurrección no era accesible para los humanos.
Jehová reveló entonces el propósito de su proyecto. Mediante las técnicas de la reencarnación, Osiris –que había sido asesinado por Set- había conseguido regresar de la muerte gracias al cuerpo especialmente preparado por Jehová, creando de esta forma una fusión perfecta entre hombre y Arquetípico.
Las consecuencias de este proyecto no eran para nada despreciables. Las formas de los Arquetípicos y la invocación de sus poderes tenían un coste energético considerable, pero la forma humana, perfectamente adaptada a la vida sobre la tierra, a pesar de su aparente fragilidad, resultaba mucho más apta y discreta. Mediante la reencarnación y la resurrección los Arquetípicos podían volver a renacer una y otra vez sobre la tierra, a pesar de que sus formas resultasen destruidas. Había algunas limitaciones, pero en esencia, se trataba de un proceso fiable.
Jehová trató de guardar el secreto del proceso y compartirlo sólo con sus adeptos y seguidores. Sin embargo el secreto no duró mucho tiempo. Shaitán lo robó y lo compartió con Lilith, quien a su vez lo compartiría con Isis, y así sucesivamente, este poder se convertiría en un conocimiento extendido entre los Arquetípicos.
11 LA EXPANSIÓN DEL CRISTIANISMO
Aunque parte de sus propósitos se habrían frustrado, Jehová puso en marcha el siguiente paso de su plan. Con la ayuda de Osiris creó un nuevo culto que comenzó a extenderse en torno al mundo Mediterráneo, extendiendo su adoración. El Mesías viajó a Francia y creó un linaje, desapareciendo poco después. Aunque no siempre ha podido ser localizado, parece que de alguna forma parece reencarnarse periódicamente entre sus descendientes, que terminaron entroncando con la familia real de Francia, creando el mito del Grial y estableciendo varias sociedades secretas para infiltrarse en las sociedades humanas.
A medida que el culto del Mesías se extendía, los cultos paganos caían en la decadencia y desaparecían. Muchos Arquetípicos infiltrados en estos cultos perdieron gran parte de su poder. Algunos imitaron el ejemplo del Mesías y adoptaron formas humanas que les permitían invocar sus poderes. Durante esta época destaca la figura del sabio Merlín y su culto secreto en las Islas Británicas.
En el siglo IV Jehová y el Mesías hicieron su siguiente movimiento, convirtiendo su culto en la religión oficial del Imperio Romano e hicieron una proclamación, ordenado a los demás Arquetípicos a que dejaran de interferir en la evolución de la humanidad, y dejaran de hacerse pasar por dioses. Es necesario decir que muchos aceptaron y tomaron lugar en el nuevo orden, ayudando a la propagación del cristianismo, sincretizándolo con sus cultos anteriores. Otros rechazaron a Jehová y se dirigieron a los pueblos paganos, azuzándolos contra el Imperio Romano. Los más desesperados o furiosos se aliaron con los servidores de Caos, que también eran amenazados por la propagación del cristianismo.
Durante un tiempo pareció que los bárbaros y sus partidarios Arquetípicos lograrían derrotar al culto de Jehová, pero la propia humanidad terminó rechazándolos. Durante la Alta Edad Media hubo varios enfrentamientos y luchas pero finalmente Jehová consiguió imponerse en el mundo occidental.
A medida que el culto del Mesías se extendía, los cultos paganos caían en la decadencia y desaparecían. Muchos Arquetípicos infiltrados en estos cultos perdieron gran parte de su poder. Algunos imitaron el ejemplo del Mesías y adoptaron formas humanas que les permitían invocar sus poderes. Durante esta época destaca la figura del sabio Merlín y su culto secreto en las Islas Británicas.
En el siglo IV Jehová y el Mesías hicieron su siguiente movimiento, convirtiendo su culto en la religión oficial del Imperio Romano e hicieron una proclamación, ordenado a los demás Arquetípicos a que dejaran de interferir en la evolución de la humanidad, y dejaran de hacerse pasar por dioses. Es necesario decir que muchos aceptaron y tomaron lugar en el nuevo orden, ayudando a la propagación del cristianismo, sincretizándolo con sus cultos anteriores. Otros rechazaron a Jehová y se dirigieron a los pueblos paganos, azuzándolos contra el Imperio Romano. Los más desesperados o furiosos se aliaron con los servidores de Caos, que también eran amenazados por la propagación del cristianismo.
Durante un tiempo pareció que los bárbaros y sus partidarios Arquetípicos lograrían derrotar al culto de Jehová, pero la propia humanidad terminó rechazándolos. Durante la Alta Edad Media hubo varios enfrentamientos y luchas pero finalmente Jehová consiguió imponerse en el mundo occidental.
No hay comentarios:
Publicar un comentario