Antes de sumergirnos en ese mundo exótico debemos retroceder en el tiempo para empezar por el aviso que acabaría por conducirme a ese revelador lugar. En la sede de Hazlo como puedas recibieron un mensaje de una fuente anónima que decía poseer información clave sobre los Grises. Tras pasar por los filtros de seguridad que yo mismo diseñé para reconocer engaños de timadores y academicistas nos pusimos en marcha.
La fuente anónima nos llevó a Esteban Marín, Rob Larroca y a mí a una isla del Pacífico en la que descubrimos al fin su identidad. Se trataba de un mago que había dedicado su vida a buscar puertas a otros mundos. Para proteger su vida de la inquisitiva Academia no revelaré su nombre aquí. Siguiendo pistas dejadas tanto en textos antiguos como en documentos modernos recorrió el mundo en su procura. Pocas de ellas resultaron ser verdaderas y menos todavía resultaron ser franqueables. Hechizos poderosos y guardianes velaban las auténticas, aunque no todas pues hay puertas aparentemente abandonadas, que son trampas tendidas por depredadores interdimensionales que tienen prohibida la entrada a nuestro mundo.
Tomando un té en su refugio nos habló de todas las puertas que visitó a lo largo de su vida, especialmente de una cavada al pie de una montaña. Fieras míticas la custodian desde el principio de los tiempos pero hay una forma de pasar ante ellos sin ser atacado. Nos habló de una raza inmortal de guerreros que tenían permiso para usar ese portal con plena libertad. Creados por la Expedición Delos fueron desperdigados por todo el universo para cumplir misiones de gran importancia. Afortunadamente una de ellos volvió tras cumplir con éxito la suya y desde entonces vive en la Tierra. Su nombre adaptado al inglés es Jenna Starblade. Ella era la clave para entrar en la puerta.
Inquieto por el obstáculo que suponía encontrar a una persona tan singular le presioné para que nos mostrara alguna prueba de que merecía la pena el esfuerzo, de que los Grises estaban relacionados con esa puerta. De su polvorienta biblioteca sacó un rollo de manuscrito conservado en perfecto estado. Ahí pudimos observar grabados de la puerta y de los grises entrando y saliendo de ella con esclavos. El texto era de un idioma alienígena que el mago a duras penas podía interpretar. Era la prueba que hacía falta. Un teléfono con conexión satélite puso en marcha a mi red mundial de colaboradores para localizar a Jenna Starblade.
Continuará...
La fuente anónima nos llevó a Esteban Marín, Rob Larroca y a mí a una isla del Pacífico en la que descubrimos al fin su identidad. Se trataba de un mago que había dedicado su vida a buscar puertas a otros mundos. Para proteger su vida de la inquisitiva Academia no revelaré su nombre aquí. Siguiendo pistas dejadas tanto en textos antiguos como en documentos modernos recorrió el mundo en su procura. Pocas de ellas resultaron ser verdaderas y menos todavía resultaron ser franqueables. Hechizos poderosos y guardianes velaban las auténticas, aunque no todas pues hay puertas aparentemente abandonadas, que son trampas tendidas por depredadores interdimensionales que tienen prohibida la entrada a nuestro mundo.
Tomando un té en su refugio nos habló de todas las puertas que visitó a lo largo de su vida, especialmente de una cavada al pie de una montaña. Fieras míticas la custodian desde el principio de los tiempos pero hay una forma de pasar ante ellos sin ser atacado. Nos habló de una raza inmortal de guerreros que tenían permiso para usar ese portal con plena libertad. Creados por la Expedición Delos fueron desperdigados por todo el universo para cumplir misiones de gran importancia. Afortunadamente una de ellos volvió tras cumplir con éxito la suya y desde entonces vive en la Tierra. Su nombre adaptado al inglés es Jenna Starblade. Ella era la clave para entrar en la puerta.
Inquieto por el obstáculo que suponía encontrar a una persona tan singular le presioné para que nos mostrara alguna prueba de que merecía la pena el esfuerzo, de que los Grises estaban relacionados con esa puerta. De su polvorienta biblioteca sacó un rollo de manuscrito conservado en perfecto estado. Ahí pudimos observar grabados de la puerta y de los grises entrando y saliendo de ella con esclavos. El texto era de un idioma alienígena que el mago a duras penas podía interpretar. Era la prueba que hacía falta. Un teléfono con conexión satélite puso en marcha a mi red mundial de colaboradores para localizar a Jenna Starblade.
Continuará...
No hay comentarios:
Publicar un comentario