Dramatis personae
Los Héroes: Patrick Von Steiner, Jenna Starblade, el Bibliotecario, Rob Larroca, Esteban Marín y Elric de Melniboné.
Los Villanos: esbirros variados de la Academia.
El Lugar: Almacén secreto de la Academia en El Cairo, Egipto.
El Momento: 14 de marzo del 2008
Disparé a quemarropa hacia la horda de cadáveres que se nos venía encima como un ola de podredumbre. Su olor era asfixiante. Los componentes de HCP apoyaron mi fuego con sus armas. Jenna y Elric despedezaban enemigos a un ritmo sobrehumano mientras el Bibliotecario conjuraba barreras y encantamientos que frenaban a la hordas invasora aunque sólo fuera por unos instantes.
Las gárgolas y los nigromantes permanecían al margen y sólo sabíamos que seguían ahí por sus irritantes risas.
-Tenía razón el albino, venir vinisteis pero no dijo nada de que fuerais a salir con vida. - Aulló la primera gárgola. Así que leen mi blog pensé con cautela. La idea de pedirles que pulsaran en la publicidad rondó por mi mente pero la deseché, después de todo eran enemigos y la idea de que quisieran contribuir al sostenimiento de Planeta Inquietante era absurda.
Los cadáveres caían a puñados pero nuestras armas se iban quedando sin munición y energía mientras que el flujo de enemigos era constante y predecible como las fases de la luna. Irritado Elric salió del grupo de un salto haciéndole una señal a Jenna. Cruzó blandiendo la Stormbringer, ante la cual los cadáveres retrocedían atemorizados hasta encarar a los nigromantes. Sorprendidos por su audaz movimiento sus cabezas tocaron el suelo antes de que pudieran abrir la boca. Las gárgolas viendo esto se esfumaron y las paredes absorbieron a los cadáveres.
No había tiempo que perder, esta retirada podía ser una trampa. Fuimos al siguiente pasillo, derribamos la puerta y entramos en una sala pequeña. Una mesa y varias sillas eran el único mobiliario. Encima de la mesa estaba el amuleto con una nota.
Elric cogió el amuleto y me pasó la nota. Esta decía:
"Espero que este breve divertimento haya sido de vuestro gusto. Si estáis leyendo esto, mi muy despreciado Patrick quiere decir que para desgracia de la gente decente sigues vivo y has podido recuperar esta curiosa joya para tu amigo albino. Devuélvesela, lo que había que hacer con ella ya está hecho y ya no la necesito más. Además no quiero a más servidores del caos rondando por la Tierra, contigo ya tengo más que suficiente.
Saludos, Sir Edward Holst."
Elric y el Bibliotecario nos devolvieron a nuestra base en Rusia y tras un rato nos despedimos del albino que regresó a su querida Melniboné. Podría anuncia mi siguiente acción pero prefiero reservaros la sorpresa.
Las gárgolas y los nigromantes permanecían al margen y sólo sabíamos que seguían ahí por sus irritantes risas.
-Tenía razón el albino, venir vinisteis pero no dijo nada de que fuerais a salir con vida. - Aulló la primera gárgola. Así que leen mi blog pensé con cautela. La idea de pedirles que pulsaran en la publicidad rondó por mi mente pero la deseché, después de todo eran enemigos y la idea de que quisieran contribuir al sostenimiento de Planeta Inquietante era absurda.
Los cadáveres caían a puñados pero nuestras armas se iban quedando sin munición y energía mientras que el flujo de enemigos era constante y predecible como las fases de la luna. Irritado Elric salió del grupo de un salto haciéndole una señal a Jenna. Cruzó blandiendo la Stormbringer, ante la cual los cadáveres retrocedían atemorizados hasta encarar a los nigromantes. Sorprendidos por su audaz movimiento sus cabezas tocaron el suelo antes de que pudieran abrir la boca. Las gárgolas viendo esto se esfumaron y las paredes absorbieron a los cadáveres.
No había tiempo que perder, esta retirada podía ser una trampa. Fuimos al siguiente pasillo, derribamos la puerta y entramos en una sala pequeña. Una mesa y varias sillas eran el único mobiliario. Encima de la mesa estaba el amuleto con una nota.
Elric cogió el amuleto y me pasó la nota. Esta decía:
"Espero que este breve divertimento haya sido de vuestro gusto. Si estáis leyendo esto, mi muy despreciado Patrick quiere decir que para desgracia de la gente decente sigues vivo y has podido recuperar esta curiosa joya para tu amigo albino. Devuélvesela, lo que había que hacer con ella ya está hecho y ya no la necesito más. Además no quiero a más servidores del caos rondando por la Tierra, contigo ya tengo más que suficiente.
Saludos, Sir Edward Holst."
Elric y el Bibliotecario nos devolvieron a nuestra base en Rusia y tras un rato nos despedimos del albino que regresó a su querida Melniboné. Podría anuncia mi siguiente acción pero prefiero reservaros la sorpresa.
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