La situación era tensa. Enemigos jurados obligados a pactar una tregua. Entre miradas de desconfianza salimos de la sede de la Academia pasando entre los cadáveres brutalmente descuartizados de los esbirros cyborgs del Doctor Ziuganov, que se arrastraba lloroso al extremo de un cadena que tiraba sin compasión la Baronesa Katherine von Sebbetendorf. El Agente no perdía de vista en ningún momento al Bibliotecario, el cual aparentaba un calma que estaba muy lejos de lo que sentía realmente. Pronto se sumaron al grupo soldados de la Academia leales a la Baronesa que le informaron sobre el minucioso registro que habían llevado a cabo de la sede. Estaba claro que los bandos se estaban formando más deprisa de lo que había esperado.
A la salida la Baronesa llamó nuestra atención sobre un monolito de metal cuya forma recordaba la de un catalejo. Era parte del Proyecto Amistad que el Doctor Ziuganov estaba desarrollando con los Grises y del cual saboteamos una parte, esto último fue lo que hizo que nuestros caminos se cruzaran. En sus propias palabras quería reconducir mis actividades de naturaleza caótica para que fueran más productivas, para su bando se entiende. Nosotros seríamos una pieza más a su disposición en la partida de ajedrez mundial contra los Grises y los Traidores.
Había una parte de mí que se rebelaba ante la idea de pactar con mis enemigos naturales pero la lección aprendida en el viaje a Zyga'Rhon pesaba más. La clave para salvar la Tierra estaba en la Academia, no en aquellos que la combatimos. Haciendo de tripas corazón compartí información confidencial con la Regente. Llegamos a estas conclusiones preocupantes. Los Grises han tomado posiciones en el Consejo de los Regentes mediante los cuales tenían en marcha Proyectos por todo el mundo con un único fin, facilitar la transición a su revelación como nuevos dueños de la Tierra. Los Ancianos permanecen en silencio ante esto, recluidos en sus palacios. Hay dos bandos definidos pero sus formaciones parecen cambiar constantemente habiendo sólo un núcleo duro. Nadie se fía de nadie. Los mensajes cifrados ocultan trampas para descubrir de qué lado está cada uno. Es un festival de máscaras en el que un una sonrisa puede ocultar un puñal envenenado.
Desalentado ante ese turbio panorama las frías palabras de la Baronesa me devolvieron a un terreno más familiar. "Esto no es una alianza, pues sólo se pacta entre iguales y jamás me rebajaría al nivel de un sucio feriante suizo con delirios de grandeza. Sólo eres un peón útil para esta partida que posee el suficiente sentido común para no querer ser un esclavo de los Grises. Cuando termine esta crisis te cazaré personalmente y colgaré tu cabeza a modo de trofeo en un trastero de mi palacio."
Mi respuesta no fue a la zaga, "Será un placer Baronesa, debe saber que tengo experiencia en ser acechado por mujeres con personalidades dominantes y hasta ahora he salido indemne. También debería tener en cuenta que no es de buena educación pisar la presa de un compañero y Sir Edward Holst me tiene en su punto de mira desde hace tiempo por razones que seguro que conoce."
El nombrar a su compañero regente pareció tocar una fibra sensible, algo sorprendente en una persona con esa personalidad férrea. "Pueden pasar muchas cosas hasta entonces y nadie puede decir con seguridad qué será de su querido archienemigo. Sus juegos malabares no le durarán mucho, tendrá que escoger bando y pronto. Espero que sus sentimientos no le nublen la vista como ha sucedido en otros momentos. Aunque otros no opinarán igual, ¿verdad, señor Bibliotecario?"
Por primera vez vi un asomo de sorpresa en el rostro de mi fiel aliado, ¿podría ser que su antiguo amigo hubiera mantenido a los perros de presa de la Academia lejos de su rastro? Esto abría nuevas preguntas sobre nuestro enemigo y sobre todo, ¿de qué lado estaba en la crisis? La Baronesa se subió seguida del pobre Ziuganov al que dijo con burla, "Veamos para que me puedes servir perrito."
Solos de nuevo intentamos ordenar las revelaciones, había tanto que procesar. ¿Qué era es de que Delos había abandonado a las Expediciones? ¿una bravata del que sabe perdedor o una noticio ominosa? Jenna no tenía noticias de la Delos desde que llegamos de vuelta de Zyga'Rhon. Era algo inquietante. Reanudamos la marcha, necesitábamos más información y en la sede los documentos de los "Traidores" apuntaban unívocamente a un sitio... ¡de los Grises!
Continuará...
A la salida la Baronesa llamó nuestra atención sobre un monolito de metal cuya forma recordaba la de un catalejo. Era parte del Proyecto Amistad que el Doctor Ziuganov estaba desarrollando con los Grises y del cual saboteamos una parte, esto último fue lo que hizo que nuestros caminos se cruzaran. En sus propias palabras quería reconducir mis actividades de naturaleza caótica para que fueran más productivas, para su bando se entiende. Nosotros seríamos una pieza más a su disposición en la partida de ajedrez mundial contra los Grises y los Traidores.
Había una parte de mí que se rebelaba ante la idea de pactar con mis enemigos naturales pero la lección aprendida en el viaje a Zyga'Rhon pesaba más. La clave para salvar la Tierra estaba en la Academia, no en aquellos que la combatimos. Haciendo de tripas corazón compartí información confidencial con la Regente. Llegamos a estas conclusiones preocupantes. Los Grises han tomado posiciones en el Consejo de los Regentes mediante los cuales tenían en marcha Proyectos por todo el mundo con un único fin, facilitar la transición a su revelación como nuevos dueños de la Tierra. Los Ancianos permanecen en silencio ante esto, recluidos en sus palacios. Hay dos bandos definidos pero sus formaciones parecen cambiar constantemente habiendo sólo un núcleo duro. Nadie se fía de nadie. Los mensajes cifrados ocultan trampas para descubrir de qué lado está cada uno. Es un festival de máscaras en el que un una sonrisa puede ocultar un puñal envenenado.
Desalentado ante ese turbio panorama las frías palabras de la Baronesa me devolvieron a un terreno más familiar. "Esto no es una alianza, pues sólo se pacta entre iguales y jamás me rebajaría al nivel de un sucio feriante suizo con delirios de grandeza. Sólo eres un peón útil para esta partida que posee el suficiente sentido común para no querer ser un esclavo de los Grises. Cuando termine esta crisis te cazaré personalmente y colgaré tu cabeza a modo de trofeo en un trastero de mi palacio."
Mi respuesta no fue a la zaga, "Será un placer Baronesa, debe saber que tengo experiencia en ser acechado por mujeres con personalidades dominantes y hasta ahora he salido indemne. También debería tener en cuenta que no es de buena educación pisar la presa de un compañero y Sir Edward Holst me tiene en su punto de mira desde hace tiempo por razones que seguro que conoce."
¿Qué papel juega en este drama Sir Edward Holst?
Foto tomada por una fuente anónima en Santiago de Compostela.
Foto tomada por una fuente anónima en Santiago de Compostela.
El nombrar a su compañero regente pareció tocar una fibra sensible, algo sorprendente en una persona con esa personalidad férrea. "Pueden pasar muchas cosas hasta entonces y nadie puede decir con seguridad qué será de su querido archienemigo. Sus juegos malabares no le durarán mucho, tendrá que escoger bando y pronto. Espero que sus sentimientos no le nublen la vista como ha sucedido en otros momentos. Aunque otros no opinarán igual, ¿verdad, señor Bibliotecario?"
Por primera vez vi un asomo de sorpresa en el rostro de mi fiel aliado, ¿podría ser que su antiguo amigo hubiera mantenido a los perros de presa de la Academia lejos de su rastro? Esto abría nuevas preguntas sobre nuestro enemigo y sobre todo, ¿de qué lado estaba en la crisis? La Baronesa se subió seguida del pobre Ziuganov al que dijo con burla, "Veamos para que me puedes servir perrito."
Solos de nuevo intentamos ordenar las revelaciones, había tanto que procesar. ¿Qué era es de que Delos había abandonado a las Expediciones? ¿una bravata del que sabe perdedor o una noticio ominosa? Jenna no tenía noticias de la Delos desde que llegamos de vuelta de Zyga'Rhon. Era algo inquietante. Reanudamos la marcha, necesitábamos más información y en la sede los documentos de los "Traidores" apuntaban unívocamente a un sitio... ¡de los Grises!
Continuará...
Mi querido Patrick creo que, aunque seguramente sea necesaria la información que pueda proporcionarte la Academia, e incluso admitiendo que parte de la misma puede ser de utilidad en la crisis que se avecina, estás pecando de imprudencia.
ResponderEliminarUna víbora es una víbora, y aunque la ayudes acabará por morderte, porque está en su naturaleza.
Espero sinceramente que no tengas que arrepentirte de esta alianza.
"Gris es toda teoría y rico y dorado el árbol de la vida" (Goethe)
ResponderEliminarLos grandes hombres están sometidos a presiones constantes por sus numerosos enemigos, así como por quienes algún día se consideraron sus más leales servidores. Es en los momentos álgidos de una crisis, cuando lo imprevisible se vuelve norma, donde se prueba el auténtico valor de los hombres, su sagacidad y su fortuna.
En este caso paradigmático no han sido muchos los que han salido bien parados. No obstante, Steiner y su núcleo duro se han mantenido incólumes en sus principios. Cuando se vive en el fragor de la batalla se han de tomar decisiones rápidas; el tiempo de la previsión queda periclitado, lo inmediato se convierte en la toda dimensión de lo eterno. Los grandes estrategas de la historia se han enfrentado a situaciones así infinidad de veces y no han sido pocos los que, calculando la correlación de fuerzas en juego, se han visto obligados a realizar concesiones tácticas en momentos puntuales (recordemos las sabias palabras de Lenin a sus camaradas cuando definía la NEP como "compromiso burgués" y reversible). Todo ello, a fin de salvar los objetivos estratégicos, pero, por encima de todo, la vida de sus hombres; el valor innegociable de la misma es algo que muchos de los pseudo doctores que pululan por este blog parecen incapaces de valorar y, así, no sienten rubor alguno en cargar sobre las espaldas de Patrick sus injustos reproches. Desde sus profilácticas cobachas de saber, sienten la vida como algo ajeno, y sólo aciertan a atisbar sus sombras; ahítos de ociosidad e infinito, elaboran modelos ideales, inertes, carentes de toda pulsión biológica. Cuando un ser genial, tomando una decisión admirable, echa por tierra sus estériles racionalizaciones, cuando los enfrenta al rico árbol de la vida, responden como ahora, chillando cual horrísono coro de miserables ratas ante la crecida de un río. Son éstos los que han salido malparados en la hora gloriosa que nos alcanza. Para mayor chacota, y por si no bastara con lo irresponsable de su actitud, esconden sus bajezas tras el cobarde anonimato; a partir de entonces, Steiner habrá de tomar buena nota de aquellos oportunistas que sólo entienden el valor de una alianza cuando ésta no les obliga a jugarse la vida.
No se piensen ustedes que quién esto escribe es un valiente que no conoce el miedo; yo también tiemblo ante los peligros interestelares que nos acechan, pero a diferencia de otros, sé valorar a los que despreciando su vida y su reputación, anteponen la defensa de la Verdad a cualquier sectarismo. Gracias Jenna, Rob, Bibliotecario, Steiner. Sé que en vuestras manos sólo nos espera el triunfo.
¡Honor y Gloria!
¡Por Isis!
"Las críticas no serán agradables, pero son necesarias" (Wiston Churchill)
ResponderEliminarEstimados colegas:
Quisiera empezar esta alocución pidiendo disculpas a todos aquellos amigos defensores de la verdad por si mis palabras, anteriormente vertidas en este foro de la Verdad, pudiesen haberles ofendido o desagradado en modo alguno; no obstante, creí necesario hacer la observación, no como reproche impío o síntoma de vanidad, sino como ejercicio de crítica constructiva y prudencia táctica.
No puedo, no obstante, quedarme cayado ante la que considero una queja amarga contra mi persona. En el anterior comentario se ha aludido metonímicamente - y espero, sin voluntad real de ofender - a diferentes comentarios expuestos por éste leal y otros pensadores de diferente magnitud, calibre y orientación a la causa, en alusión al inesperado giro de los acontecimientos y la determinación - valiente, sin duda, pero igualmente arriesgada - adoptada por nuestro fiel amigo Patrick.
Puedo estar de acuerdo con el empuje y gallardía de nuestro afrodisíaco camarada, pero nunca y en modo alguno con la singular exégesis que, de lo dicho anteriormente, ha realizado. Puesto que todos los que hemos mostrado algún reparo, atisbo de duda o ápice de incertidumbre respecto a tan desafortunada unión somos, independientemente del tono o las formas, aliados de la Verdad (de la que se escribe con mayúsculas y no de la "burguesa" y "reversible" que se amolda a los tiempos presentes), y dos han sido las más graves faltas que se nos han achacado, creo conveniente una respuesta precisa:
La primera, aludiendo a todos nosotros de forma genérica como "pseudo doctores" con el tono y el insulto que hasta ahora nunca habíamos recibido salvo de aquellos escualos que siempre habíamos enfrentado. Cuidado, camarada, pues sus acciones y pensamientos le acercan más a la órbita absolutista de la Academia de lo que piensa. A ninguno de los aliados de Patrick no has asustado jamás el sano ejercicio del debate y la ética del pensamiento democrático. Como se ha encargado de recordar nuestro querido Patrick Von Steiner a más de un tirano intelectual en los últimos años, es éste, en definitiva, un espacio abierto a todos, incluso a aquellos que, como usted o yo en este momento, abusamos de este derecho, en ocasiones inmerecido.
En segundo lugar, también nos ha echado en cara la cobardía del anonimato. Es un reproche falso e injusto, máxime viniendo de un hombre que se oculta bajo la voluntad epitética de lo evidente, de la mejor tradición lírica de Bashô... Tibio es tu nombre, pero no tus reproches.
Es precisamente, la fe ciega de Patrick y nuestros amigos en sus principios la que arroja un rayo de esperanza en medio de tanta villanía. Pero la máxima del "todo vale" no se aplica en el bando de la Verdad. Churchill también dijo: "El precio de la grandeza es la responsabilidad". Recordemos, pues, que la infamia siempre será infamia, por mucho que se revista de justicia.
Al contrario de lo que parece afirmar, camarada dionisíaco, valoro la vida. Precisamente porque soy consciente de su fragilidad e infinita grandeza tengo miedo, y no del modo egoísta que nos imputa, sino por todo aquello que amo y aprecio y, antes que nada, por nuestros magníficos aliados, que exponen sus valiosas vidas, sin importar los peligros, para preservar las de otros. Esa es la pasta de la que están hechos los héroes.
Prudencia, no obstante. La conspiración y el fraude se huelen a distancia.
Sun Tzu dice: "Conócete a ti mismo, conoce a tu enemigo y tu victoria estará asegurada. Conoce tu espacio, conoce tu tiempo, y tu victoria será, entonces, total".
¡Por Isis!
Su amigo y colega:
Dr. T-Love