Si en la Academia cuentan entre sus filas con iniciados en sus artes oscuras en el lado de la Verdad no nos quedamos atrás, así tenemos agentes en los más variados campos que exponen al público a nuestras teorías de forma sutil. Un ejemplo sería Expediente X que ha hecho que hablar de conspiraciones gubernamentales para ocultar la presencia alienígena en la Tierra y su influencia en la historia ya no sea un ticket de sólo ida al manicomio más cercano. Ahora es una idea asentada en el imaginario popular.
Geoff Johns, escritor de cómic y guionista de cine que ha participado en obras de la categoría de Arma Letal IV aportó su grano de arena a la aceptación social de otra de nuestros descubrimientos más osados, la relación estrecha de los antiguos egipcios con culturas extraterrestres. Para ello tomó las dos versiones de Hawkman, el arqueólogo (Golden Age, años 40) que era un reencarnación de un príncipe egipcio y el policía de Thanagar ( Silver Age, años 60) que se establecía en la Tierra para ayudar a sus homólogos locales y las fusionó en una sola, recuperando al personaje tras su larga travesía por el desierto.
La única pega que cabría ponerle a esta decisión es dejar fuera al estimulante Hawkgod, el avatar divino de los Halcones presentado en épica Hora Zero. Aunque es comprensible su decisión ya que sería como hacer un triple salto mortal.
El parecido de las dos versiones ( Golden Age y Silver Age) era demasiado grande para achacarlo a una mera coincidencia: el nombre, los poderes, el metal que anulaba la gravedad... y no cabía la posibilidad de negar los evidentes lazos entre ambos. Incluso el de la Silver Age tomaba la identidad civil de la otra versión para trabajar en un museo. Sólo hacía falta un hombre con visión para fundir lo que no eran más que dos facetas de la misma persona. Johns lo vio claro, el metal N venía de Thanagar en una nave que se estrelló en Egipto en la época de los faraones dando inicio a la serie de vidas de Carter Hall y su amada Shiera Sanders.
De esta forma al igual que en Stargate el antiguo Egipto aparece como un punto de unión espaciotemporal entre humanos y extraterrestres.
¡Por Isis!
Geoff Johns, escritor de cómic y guionista de cine que ha participado en obras de la categoría de Arma Letal IV aportó su grano de arena a la aceptación social de otra de nuestros descubrimientos más osados, la relación estrecha de los antiguos egipcios con culturas extraterrestres. Para ello tomó las dos versiones de Hawkman, el arqueólogo (Golden Age, años 40) que era un reencarnación de un príncipe egipcio y el policía de Thanagar ( Silver Age, años 60) que se establecía en la Tierra para ayudar a sus homólogos locales y las fusionó en una sola, recuperando al personaje tras su larga travesía por el desierto.
La única pega que cabría ponerle a esta decisión es dejar fuera al estimulante Hawkgod, el avatar divino de los Halcones presentado en épica Hora Zero. Aunque es comprensible su decisión ya que sería como hacer un triple salto mortal.
El parecido de las dos versiones ( Golden Age y Silver Age) era demasiado grande para achacarlo a una mera coincidencia: el nombre, los poderes, el metal que anulaba la gravedad... y no cabía la posibilidad de negar los evidentes lazos entre ambos. Incluso el de la Silver Age tomaba la identidad civil de la otra versión para trabajar en un museo. Sólo hacía falta un hombre con visión para fundir lo que no eran más que dos facetas de la misma persona. Johns lo vio claro, el metal N venía de Thanagar en una nave que se estrelló en Egipto en la época de los faraones dando inicio a la serie de vidas de Carter Hall y su amada Shiera Sanders.
De esta forma al igual que en Stargate el antiguo Egipto aparece como un punto de unión espaciotemporal entre humanos y extraterrestres.
¡Por Isis!
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