La misión ha llevado al final más tiempo del que había planeado y el resultado no ha sido todo lo satisfactorio que deseaba, podemos hablar de una victoria a medias. Paso a narraros la historia enlazando con el final del último post.
Al terminar la entrada de anteayer una idea me daba vueltas en la cabeza pero primero tenía que comprobar algo, la configuración de los sistemas de comunicación de las sedes de la Academia y para eso necesitaría información interna o lo más cercano que pudiera conseguir. El Bibliotecario me contó cómo funcionaba cuando trabajaba para ellos, de como compartían la información en repositorios con copias de seguridad en las sedes principales y en lugares secretos solos conocidos por los Regentes. Es decir, todas las sedes estaban fuertemente interconectadas, con muchos sistemas redundantes destinados a preservar a toda costa la información, a la que se podía acceder desde terminales como las que usamos en nuestra infiltración. Me avisó de que seguramente habría cambiado mucho desde entonces especialmente tras la separación de la organización en dos bandos.
Ante las prentoria necesidad de información más fresca sobre la red que coordinaba los experimentos con radiación de Jimmu Togusha acudí a mi aliada de conveniencia, de la que no nos fiamos ni vosotros, queridos lectores ni yo, la Baronesa Katherine von Sebbetendorf. Con su gesto de superioridad habitual atendió mi petición. Una leve sonrisa dejó entrever que estaba trabajando en lo mismo. La fábrica de monstruos de Togusha era una amenaza mayor incluso a la de la tormenta artificial.
Esta vez la incursión fue algo menos vistoso y a distancia. Introdujimos virus informáticos autoreplicantes de varios tipos. Mientras unos colapsaban las redes los otros falseaban la información, quitando y añadiendo de forma cuasi aleatoria. La seguridad centrada en los primeros dejaba escapar a la mayoría de los segundos. El proceso no se detuvo pero sí conseguimos entorpecerlo, dándole una buena ración de quebraderos de cabeza a los encargados de mantenimiento. Nuestro mayor logro fue conseguir la inmovilización del barco por sospecha de terrorismo, un as ganador en estos tiempos post 11 de septiembre.
La amrgura a la que hacía referencia al principio viene de la necesidad de actuar nuevamente formando equipo con nuestros enemigos y que la red de Togusha si bien renqueante sigue en marcha. Lo último que me dijo la Baronesa fue sin embargo lo que más me afectó.
-Descansa, repon las fuerzas, compra algo de beber y palomitas. Vas a ser testigo en primera fila de algo muy especial, hemos llegado a un acuerdo con los Traidores para que estés presente en cada uno de los combates entre los Verdaderos Regentes y los Falsos. Pueden acompañarte tus amigos. Eso sí, cuidado con lo que hacéis, no queremos que seais víctimas colaterales, os merecéis algo mejor o peor según se mire.
Así que aquí estoy tras una decepcionante batalla en la que ni siquiera he tenido que levantarme del sillón repasando la preocupante situación mundial en compañía de mis más cercanos colaboradores. No quiero ser un mero espectador de la Crisis Mundial, me niego a tener un papel pasivo.
¡Por Isis!
Al terminar la entrada de anteayer una idea me daba vueltas en la cabeza pero primero tenía que comprobar algo, la configuración de los sistemas de comunicación de las sedes de la Academia y para eso necesitaría información interna o lo más cercano que pudiera conseguir. El Bibliotecario me contó cómo funcionaba cuando trabajaba para ellos, de como compartían la información en repositorios con copias de seguridad en las sedes principales y en lugares secretos solos conocidos por los Regentes. Es decir, todas las sedes estaban fuertemente interconectadas, con muchos sistemas redundantes destinados a preservar a toda costa la información, a la que se podía acceder desde terminales como las que usamos en nuestra infiltración. Me avisó de que seguramente habría cambiado mucho desde entonces especialmente tras la separación de la organización en dos bandos.
Ante las prentoria necesidad de información más fresca sobre la red que coordinaba los experimentos con radiación de Jimmu Togusha acudí a mi aliada de conveniencia, de la que no nos fiamos ni vosotros, queridos lectores ni yo, la Baronesa Katherine von Sebbetendorf. Con su gesto de superioridad habitual atendió mi petición. Una leve sonrisa dejó entrever que estaba trabajando en lo mismo. La fábrica de monstruos de Togusha era una amenaza mayor incluso a la de la tormenta artificial.
Esta vez la incursión fue algo menos vistoso y a distancia. Introdujimos virus informáticos autoreplicantes de varios tipos. Mientras unos colapsaban las redes los otros falseaban la información, quitando y añadiendo de forma cuasi aleatoria. La seguridad centrada en los primeros dejaba escapar a la mayoría de los segundos. El proceso no se detuvo pero sí conseguimos entorpecerlo, dándole una buena ración de quebraderos de cabeza a los encargados de mantenimiento. Nuestro mayor logro fue conseguir la inmovilización del barco por sospecha de terrorismo, un as ganador en estos tiempos post 11 de septiembre.
La amrgura a la que hacía referencia al principio viene de la necesidad de actuar nuevamente formando equipo con nuestros enemigos y que la red de Togusha si bien renqueante sigue en marcha. Lo último que me dijo la Baronesa fue sin embargo lo que más me afectó.
-Descansa, repon las fuerzas, compra algo de beber y palomitas. Vas a ser testigo en primera fila de algo muy especial, hemos llegado a un acuerdo con los Traidores para que estés presente en cada uno de los combates entre los Verdaderos Regentes y los Falsos. Pueden acompañarte tus amigos. Eso sí, cuidado con lo que hacéis, no queremos que seais víctimas colaterales, os merecéis algo mejor o peor según se mire.
Así que aquí estoy tras una decepcionante batalla en la que ni siquiera he tenido que levantarme del sillón repasando la preocupante situación mundial en compañía de mis más cercanos colaboradores. No quiero ser un mero espectador de la Crisis Mundial, me niego a tener un papel pasivo.
¡Por Isis!
No hay comentarios:
Publicar un comentario