Que ven mis ojos, en singular efecto cuántico tres miembros de la Falsa Academia han reaccionado con su bilis habitual a nuestro último éxito antes incluso de que pudiera hablar del mismo en mi bitácora de lo imposible. El primero comentario ha resuelto una duda, el factor más decisivo a la hora de tomar partido en la cruenta Guerra Civil que ha partido a la obsoleta organización no son las ideas que afirma representar cada bando sino el liderazgo personal. El Doctor John W Tiburón Canalla ha sido embelesado como muchos otros por el indudable carisma de Sir Edward Holst, irónicamente uno de los Regentes que más tardó en hacer pública su elección.
También compruebo con regocijo como la pérdida de Agartha ha sido un duro golpe para la moral de los traidores. Jamás la recuperaréis, Agartha volverá a ser un faro para toda la humanidad bajo la guía del sabio hombre león Lionel. Pero el verdadero motivo de su resurgimiento en la entrada anterior no es ni posicionarse en la batalla interna que divide a su secta ni comentar el ilustrador video de mi fiel compañero, El Bibliotecario sino desviar la atención del rotundo éxito de mi brillante plan.
Negándome a adoptar un papel pasivo repasé los recursos a mi disposición y confeccioné una estrategia. Necesitaba una victoria simbólica y nada mejor que barrer a una unidad de élite de los Grises, las arañas/tanques que custodian las principales ciudades del mundo. Para ello me puse en comunicación con mi selecta red de aliados y preparamos un ataque metódico y de precisión quirúrgica.
Primera fase: Localizamos cada una de las unidades y las marcamos con láser. De esta forma podíamos seguir sus movimientos en tiempo real.
Segunda fase: Ataque por tierra, unidades de amazonas y guerreros tanto de Hazlo Como Puedas como del genio militar Juan Villalobos atacaron a las tropas de infantería que acompañaban a nuestros objetivos. Para maximizar nuestras posibilidades de éxito les enseñé una técnica secreta, que reservo para momentos críticos. Desgraciadamente requiere tiempo y mucha concentración por lo que sólo se puede emplear en batallas planificadas de antemano como era el caso.
La técnica, Para para, comparte nombre con un estilo de baile japonés pues el baile es una forma enmascarada de la técnica, como un arma descargada. Moviendo principalmente los brazos siguiendo una coreografía determinada se producen "palabras" que interpelan a la realidad interaccionando con ella, produciendo sutiles cambios, cambios con los que se puede atacar física y psíquicamente.
En la isla de Malta la empleé para derrotar a un gigante de piedra que custodiaba un palacio, convencí a su cuerpo de que se deshiciera poco a poco y tras una vibrante pelea cayó ante mí inerme, entre los aplausos sinceros de mis acompañantes.
Tercera fase: Ataque desde el cielo. Los refugiados de Zyga'Rhon bajo la batuta de Prometheo emplearon sus naves de guerra para arrancar gigantescas del cinturón de asteroides que hay entre Marte y Júpiter y empleando la fuerza gravitatoria los lanzaron con exquisita puntería contra los tanques/arañas. Al pasar por la atmósfera los meteoritos se convirtieron en balas explosivas que destruyeron los "juguetes" de los Grises por todo el mundo.
Puede que esta victoria sea sólo un grano de arena en esta Crisis Mundial, no obstante seguiré mi lucha contra el invasor, sumando más granos hasta hacer una montaña tan grande que haga que los Grises huyan con el rabo entre las piernas.
¡Por Isis!
También compruebo con regocijo como la pérdida de Agartha ha sido un duro golpe para la moral de los traidores. Jamás la recuperaréis, Agartha volverá a ser un faro para toda la humanidad bajo la guía del sabio hombre león Lionel. Pero el verdadero motivo de su resurgimiento en la entrada anterior no es ni posicionarse en la batalla interna que divide a su secta ni comentar el ilustrador video de mi fiel compañero, El Bibliotecario sino desviar la atención del rotundo éxito de mi brillante plan.
Negándome a adoptar un papel pasivo repasé los recursos a mi disposición y confeccioné una estrategia. Necesitaba una victoria simbólica y nada mejor que barrer a una unidad de élite de los Grises, las arañas/tanques que custodian las principales ciudades del mundo. Para ello me puse en comunicación con mi selecta red de aliados y preparamos un ataque metódico y de precisión quirúrgica.
Primera fase: Localizamos cada una de las unidades y las marcamos con láser. De esta forma podíamos seguir sus movimientos en tiempo real.
Segunda fase: Ataque por tierra, unidades de amazonas y guerreros tanto de Hazlo Como Puedas como del genio militar Juan Villalobos atacaron a las tropas de infantería que acompañaban a nuestros objetivos. Para maximizar nuestras posibilidades de éxito les enseñé una técnica secreta, que reservo para momentos críticos. Desgraciadamente requiere tiempo y mucha concentración por lo que sólo se puede emplear en batallas planificadas de antemano como era el caso.
¡Mi técnica secreta de combate!
La técnica, Para para, comparte nombre con un estilo de baile japonés pues el baile es una forma enmascarada de la técnica, como un arma descargada. Moviendo principalmente los brazos siguiendo una coreografía determinada se producen "palabras" que interpelan a la realidad interaccionando con ella, produciendo sutiles cambios, cambios con los que se puede atacar física y psíquicamente.
En la isla de Malta la empleé para derrotar a un gigante de piedra que custodiaba un palacio, convencí a su cuerpo de que se deshiciera poco a poco y tras una vibrante pelea cayó ante mí inerme, entre los aplausos sinceros de mis acompañantes.
Tercera fase: Ataque desde el cielo. Los refugiados de Zyga'Rhon bajo la batuta de Prometheo emplearon sus naves de guerra para arrancar gigantescas del cinturón de asteroides que hay entre Marte y Júpiter y empleando la fuerza gravitatoria los lanzaron con exquisita puntería contra los tanques/arañas. Al pasar por la atmósfera los meteoritos se convirtieron en balas explosivas que destruyeron los "juguetes" de los Grises por todo el mundo.
Puede que esta victoria sea sólo un grano de arena en esta Crisis Mundial, no obstante seguiré mi lucha contra el invasor, sumando más granos hasta hacer una montaña tan grande que haga que los Grises huyan con el rabo entre las piernas.
¡Por Isis!
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