"Mi nombre es Patrick Von Steiner y me dispongo a iniciar una nueva etapa de mi ya larga carrera investigadora en este blog,..." así empezaba el uno de febrero del 2006 la primera entrada de Planeta Inquietante, la nueva plataforma para el estafador suizo Patrick Von Steiner. Desde entonces ha difamado de forma continua a la organización de la que me enorgullezco de formar parte tergiversando de forma torpe y desvergonzada la realidad echando mano demasiado a menudo de obras de ficción llegando incluso a codearse con sus personajes en sus delirantes aventuras.
Muy pronto llegó a mi conocimiento la existencia de esta fuente inagotable de calumnias y teorías a cada cual más disparatada y decidí tomar manos en el asunto, me parece demasiado grave que un vendedor de humo usara internet para camelar a los crédulos que caen rendidos ante cualquier tontería que suene a alternativa y antisistema. Sin embargo, mi intervención no pudo detener lo que ha acabado convirtiendo en un caudal de podredumbre moral que ha aprovechado los problemas internos de la honorable Academia para difundir la ofensiva idea de una Guerra Civil enmarcada dentro de una Crisis Mundial.
Me gustaría creer que no hace falta decir que toda esa alambicada y por momentos interminable historia de la Crisis Mundial es una sarta de mentiras cocinadas por la mente de un delincuente pero está claro que su carisma personal, es decir, sus dotes de feriante ciegan a la inteligencia más aguda como prueba la metafórica caída a los infiernos de mi viejo amigo el Bibliotecario.
Pues bien, a partir de ahora se acabó Planeta Inquietante, la supuesta Crisis Mundial ha terminado con el desenlace deseado por toda persona de bien, la detención de Patrick Von Steiner y sus cómplices. Ahora afrontarán un juicio por sus años de tropelías y me aseguraré de que pasen una larga temporada en la cárcel, no valdrá de nada fingir locura, esta bitácora fue creada con maldad y alevosía como instrumento abyecto contra la razón y la ciencia.
Eso cambia hoy, bajo mi dirección pasará a ser un francotirador de la lógica que cazará sin piedad a los estafadores que sirviéndose de fantasías y leyendas urbanas engañan a la población. El despreciable Steiner ha sido el primero de muchos. En cuanto a sus aliados que siguen en paradero desconocido, sabed que más temprano que tarde caeréis.
Saludos a la gente de bien y mil maldiciones a los malhechores, atentamente Sir Edward Holst.
Muy pronto llegó a mi conocimiento la existencia de esta fuente inagotable de calumnias y teorías a cada cual más disparatada y decidí tomar manos en el asunto, me parece demasiado grave que un vendedor de humo usara internet para camelar a los crédulos que caen rendidos ante cualquier tontería que suene a alternativa y antisistema. Sin embargo, mi intervención no pudo detener lo que ha acabado convirtiendo en un caudal de podredumbre moral que ha aprovechado los problemas internos de la honorable Academia para difundir la ofensiva idea de una Guerra Civil enmarcada dentro de una Crisis Mundial.
¡Aleluya, al fin se ha hecho justicia!
Me gustaría creer que no hace falta decir que toda esa alambicada y por momentos interminable historia de la Crisis Mundial es una sarta de mentiras cocinadas por la mente de un delincuente pero está claro que su carisma personal, es decir, sus dotes de feriante ciegan a la inteligencia más aguda como prueba la metafórica caída a los infiernos de mi viejo amigo el Bibliotecario.
Pues bien, a partir de ahora se acabó Planeta Inquietante, la supuesta Crisis Mundial ha terminado con el desenlace deseado por toda persona de bien, la detención de Patrick Von Steiner y sus cómplices. Ahora afrontarán un juicio por sus años de tropelías y me aseguraré de que pasen una larga temporada en la cárcel, no valdrá de nada fingir locura, esta bitácora fue creada con maldad y alevosía como instrumento abyecto contra la razón y la ciencia.
Eso cambia hoy, bajo mi dirección pasará a ser un francotirador de la lógica que cazará sin piedad a los estafadores que sirviéndose de fantasías y leyendas urbanas engañan a la población. El despreciable Steiner ha sido el primero de muchos. En cuanto a sus aliados que siguen en paradero desconocido, sabed que más temprano que tarde caeréis.
Saludos a la gente de bien y mil maldiciones a los malhechores, atentamente Sir Edward Holst.