Creo que es un momento oportuno para repasar el paradero de los criminales que se ocultaban tras la bitácora del infausto Patrick Von Steiner. Empezaremos por el suizo, la mente enferma que puso esta mezquina campaña contra la Razón en marcha.
Planeta Inquietante, un paraíso para los gángsters.
Patrick Von Steiner: Preso en la isla de Elba está en permanente contacto con sus abogados, una horda de buitres carroñeros dignos de su cliente. A pesar de sus constantes intentos por sabotear el proceso judicial este avanza a un ritmo razonable gracias a la ingente labor de recogica de pruebas que está realizando mi organización.
El Bibliotecario: Me gustaría decir que la desprogramación funciona pero es complicado hace un diagnóstico tan pronto, es demasiada la basura que tenemos que sacarle de la cabeza a mi viejo amigo. Es lo que tiene andar con malas compañías, te contagían de todo menos la hermosura.
Hazlo como puedas: Ya los hemos dado por caso perdido, así que ahora "descansan" en el lugar que se han ganado a pulso tras todos estos años trabajando a sueldo para delincuentes y tarados, o las dos cosas a la vez, unas encantadoras mazmorras en un castillo románico.
Jenna Starblade: Esta psicópata con delirios de grandeza sigue disfrutando de una inmerecida y espero que breve libertad, algunos rumores disparatados apuntan a que se la ha visto hablando con mi "querido hermano" Gustav Holst, si ello fuera cierto doy por seguro que la estaría convenciendo para que se entregue para pagar por toda la sangre que ha derramado, ¿verdad hermano?
Marqués de Aymar: Ha desaparecido de la faz de la Tierra, algo bastante usual en todos los mequetrefes que han usado ese título. Creemos que le acompaña ese pobre enfermo, Lionel, al que Steiner confunde con un hombre león. Si asoman la cabeza no dudéis de que se las verán con la Justicia.
Juan Villalobos: Pensaba dedicarle una entrada al jefe criminal más importante de Santiago de Compostela y media Galicia pero de momento carezco de la información suficiente para darle la sustancia necesaria. Os puedo decir en cambio que está sitiado en su "fortaleza" por fuerzas de seguridad honestas, hemos tenido la prudencia de mantener alejados a todos los que ha untado, que son muchos, demasiados.
En cuanto al resto de hooligans del señor Steiner no merece la pena malgastar recursos valiosos en su captura, eso sí, están todos bajo vigilancia, por si acaso hacen algo. Es improbable pero no imposible.
Y con esto me despido por hoy, atentamente, Sir Edward Holst.
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