miércoles, noviembre 26, 2008

La fuga de Patrick Von Steiner Parte 3

No sé que es más irritante, el penoso avance en este laberinto de pasillos y celdas o algunos comentarios, en los que me encuentro con traidores que dieron la espalda a la Razón para ganarse la vida con el esoterismo y timos relacionados y onanistas ociosos. Menos mal que quedan personas decentes como Lord Henry Winter. Apelar al pasado no va a aplacar mi justa ira ni va a relajar los estrictos criterios para forma parte del nuevo mundo. En cuanto al abyecto producto de laboratorio apodado Doctor Abismo ya sé que tus amiguitos te han dejado para que des rienda suelta a tus instintos, la idea de enfrentarme a tí, despojo infrahumano, no me intimida lo más mínimo. Nos hemos encontrado con tus nuevas víctimas y te aseguro que vas a pagar muy cara esta afrenta a la noble organización de la Academia.

Espero con interés nuestro enfrentamiento, despreciable subproducto de una mente enferma. Entonces sabrás lo que es el auténtico Abismo, ahí es donde te voy a enviar y de ese sitio no podrá escapar.


Sir Edward Holst

Como los cuatro jinetes del Apocalipsis se lanzaron en tromba sobre la desprotegida prisión. Encabezaban la comitiva la desequilibrada Jenna Starblade, el desafinado Bardo Duane McGregor y el lúgubre Doctor Abismo. Quedaron patrullando la isla el Marqués de Aymar pegado a su copa de Jerez y el pobre desgraciado y monstruo de feria, Lionel. Como unos vulgares ladrones tenían el vehículo listo para huir mientras sus compinches se adentraban en el edificio. En el choque entre las fuerzas invasoras y el cuerpo de seguridad se hizo más patente que nunca la diferente pasta de la que estaba hecha cada grupo. Los que fueron enviados por el tribunal que iba a juzgar al rufián suizo eran carne de cañón, una completa inutilidad que sólo ocupaban espacio y que ahora sirven de cobayas al terrorífico Doctor Abismo. Los enviados por la Academia en cambio actuaban como auténticos soldados replegándose cuando la situación lo requería y contraatacando cuando surgía una oportunidad razonable. Gracias a eso no perdimos la prisión por completo. Finalmente los asaltantes eran como una manada de depredadores poseídos por sus instintos más primarios.

Aprovecho la foto que va a continuación para dar un par de apuntes biográficos sobre el aliado cantor de Patrick Von Steiner. El suizo entró en contacto con él en el curso de una de sus "investigaciones", en un burdel de mala muerte de Glasgow en el que el Bardo destrozaba viejas canciones a cambio de comida para distraer a la escasa clientela de las ratas que pululaban a su libre albedrío por el local. El que pueda presumir de apellido muestra el nivel al que ha caído el Clan McGregor, antaño cuna de nobles guerreros y ahora mera excusa para juntarse a beber y comer como cerdos. Mañana le tocará el turno a la desquiciada líder de esta "operación de rescate"


El Bardo Duane McGregor, una vergüenza para su clan y su nación, aparte de un cantante mediocre que jamás habría debido salir de los karaokes.


Gustav Holst

El ejército reunido para liberar al investigador de lo desconocido, Patrick Von Steiner optó por un ataque frontal tras el tajante rechazo del alcaide, un hombre extremadamente tozudo nombrado por la Academia, a entregar al suizo. Una respuesta que acompañó con una salva de misiles y un intento un tanto alocado de abordar los barcos empleando a la policía local a la fuerza. Así no es de extrañar que se montara una carnicería ya antes de llegar a la prisión. Las diferencias tan taxativas que establece mi hermano, que no está precisamente con el ánimo más adecuado para juzgar de forma objetiva este suceso, son más fáciles de entender si uno sabe que los soldados de la Academia se parapetaron en la prisión y enviaron a punta de pistola al resto, incluso con cargas explosivas como carne de cañón. El efecto que tuvo esta estrategia fue volver todavía más caótica la situación de la isla, como si una tormenta de un intensidad sobrenatural no fuera bastante. Tampoco tiene mucho mérito conservar partes del edificio usando civiles que trabajaban ahí a modo de escudos humanos.

La biografía del Bardo ha sido cruelmente modificada para que case con sus prejuicios hacia los aliados de Steiner, en realidad se conocieron en el famoso castillo Dean, en el que el afamado Bardo Duane McGregor declamaba la historia del legendario William Wallace y su espada Claymore a una numerosa a la par que distinguida audiencia entre la que se encontraba el creador de Planeta Inquietante. Parece que mañana sus calumnias se dirigirán a la bella y aguerrida Jenna Starblade, aquí estaré yo para darle la réplica.


Continuará...

2 comentarios:

  1. La arrogancia se traduce en un aumento de bilis, lo que agrariá sus vísceras. Perfecto, justo como a mi me gustan.

    ¡Mwahahahahahahaha!

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  2. ¿Por qué Edward, por qué? Esa es mi única pregunta, una pregunta que no tiene respuesta. Me apena que no seas capaz de ver la verdad, que lo que has estado haciendo con la Academia no es lo correcto.

    No sé que puedo hacer para evitar que sigas cayendo en el mal de este modo. ¿qué ha sido del Edward que conocí en mi juventud?

    Lo siento pero no puedo permitirte que sigas por este camino, ya me he puesto en contacto con algunos aliados fieles a los principios de la verdadera Academia y no de esta secta que tu mismo te has empeñado en llamar Academia.

    La verdadera Academia triunfará y demostrará que está del lado de la verdad y que no sigue esos absurdas ideas que te empeñas en difundir.

    El que busca la verdad corre el riesgo de encontrarla Edward, no lo olvides.

    Condesa de Belmar

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