Así es, panda de invertebrados putrefactos apenas dotados con un simulacro de vida. Esa criatura impía que esconde su rostro bajo una máscara antigas tan desfasada como su apariencia no ha sido más que un estorbo, un mero entretenimiento. La odisea interdimensional apuntada por mi hermano fue una prueba, quería ver como funcionaban tanto este blog como la Academia sin mi constante y atenta supervisión. Los resultados de este pequeño experimento han sido previsibiles a la par que desalentadores. Mi hermano con los consejos del Bibliotecario ha intentado darle una personalidad diferente a la mía o a la del sucio Steiner sin éxito, quedando a mitad de todo. En la Academia los cobardes han intentado echar abajo la PVU para evitar la ignominia de ver retratada su auténtica valía, con el consiguiente descenso de categoría.
También ha contribuido a esta caótica situación el luctuoso hecho de que el criminal y timador de medio pelo Patrick Von Steiner vuelva a estar en lobertad, reunido con sus compinches. La encuesta, otra muestra más de las intrínseca debilidades de la democracia, que puso mi hermano durante los últimos días en un triste intento de ganar legitimidad ha mostrado que los bellacos que seguían Planeta Inquietante como perros sarnosos sin la decencia de caerse muertos en algún arroyo contaminado, han visto en el terrible suceso de la isla de Elba el fin de mi paso por esta bitácora y el inminente regreso de su gurú de lo "paranormal", llegando a exigirlo en algún comentario. Me complace anunciar aquí que no pienso abandonar, si esa rata peluda bañada en alcohol de alta graduación quiere recuperar su plataforma de pensamiento, aunque en su caso es más apropiado hablar de adoctrinamiento y estafa al por mayor, que venga él aquí y lo decidiremos entre caballero y bestia infrahumana. Si no se capaz de enfrentarse a un aristócrata puede traer a su fulana psicótica, no sería la primera vez que da la cara por él.
El mensaje es claro, he vuelto y no tengo planeado irme a ningún sitio. El Nuevo Mundo es inevitable y no hay sitio en él para la mediocridad.
Saludos, Sir Edward Holst
Antaño compadre, actual adversario,
ResponderEliminarVeo su reaparición con cierto regocijo. No porque echara de menos sus pútridas abyecciones, a Dios pongo por testigo, no. Me refiero a que, poseyendo cierta información sobre usted, no puedo menos que esbozar una sonrisa.
Por empezar por algún lado, me resulta de lo más divertido ver cómo usa una imagen de su archivo, para no mostrar el estado actual al que ha quedado reducido. Pero no le culpo por eso. Sé que la vanidad y la arrrogancia siempre han sido sus más fieles compañeras de cama.
He tenido el placer de tener una productiva conversación con mi querido Doctor. Después de recogerlo en las pistas de aterrizaje de Nazca, lo trasladamos hacia nuestras dependencias personales, en el corazón de Agartha. Tras un intenso tratamiento de recuperación física y mental, accedió a contarme algunos detalles de su reciente experiencia.
Al parecer, estos dos personajes se enzarzaron en una encarnizada pelea, utilizando todo tipo de tretas y artimañas, desafiando en ciertos momentos cualquier principio natural, hasta tal punto en que se vieron avocados a utilizar sus más terribles armas. Según me cuenta el Doctor, de Edward surgieron entonces una serie de tentáculos espectrales, prácticamente inmunes a cualquier ataque, y que sacudía, provocando acérrimos golpes. Fue entonces cuando el Doctor susurró "cómo no lo vi antes", daba la impresión de que pensaba en alto, "simplemete me acordé de De Broglie, y lo vi claro". Así que reajustó su rayo de la Fatalidad para una determinada longitud de onda, y et voilà, empezó a cercenar tentáculos.
El relato del Doctor se vuelve cada vez má confuso a partir de entonces. Habla de una suerte de artilugios arrojados por Holst, que al parecer eran pequeñas bombas espacio-temporales, capaces de mandar al siglo XVI o al XXIII todo lo que estuviera en su radio de deflagración. Pero al parecer, el Doctor ya se las había visto antes con semejantes aparejos, y activó y lanzó su Esfera Compensatoria Gravitacional, que hizo que todas la granadas orbitaran estacionariamente alrededor de la Esfera. Y ahí se torció todo.
No entendí muy bien al Doctor, pero parece que Holst habría conseguido lanzar una última granada, de otra naturaleza, según le entendí, que provocó una inversión de polaridades en la Esfera, y además provocando una explosión en cadena de todos los artefactos, mandando a cada uno a puntos diferentes del espacio-tiempo. No tengo claro todavía cómo volvió a nuestro presente y a nuestro planeta.
Pues ya ve, señor Holst. Lejos de salir derrotado, el Doctor parece haber pasado unas verdaderas vacaciones. Aún le oigo reir a carcajadas.
Me complace comprobar que su fama de fabulador sigue siendo bien merecida, porque me cuesta creer que de ese cascarón humeante que era el Doctor Abismo cuando terminé con él haya podido salir un relato tan florido e ingenioso. Aunque no descarto que haya firmado esa versión a cambio de un plato de sopa y unas mantas. Sus labores humanitarias son legendarias, así se ha ido rodeando de pordioseros a través de los cuales cree disputar el control de la Tierra a poderes imaginarios.
ResponderEliminarSi bien es cierto que en la isla de Elba se produjo una singularidad en el espacio y en el tiempo fue algo mucho más prosaico. Un par de desplazamientos temporales pequeños a los que siguió el final de nuestro particular duelo, con mi inevitable victoria. Mi rostro y mi cuerpo están en perfecto estado, unos rasguños y un par de puñaladas traicioneras no son nada contra mi actual metabolismo. Luego vino el desplazamiento espacial, que nos separó. Si no le dedico un post a esto es porque tengo temas más importantes como, por citar uno que le afecte, sus conspiraciones de salón con la Condesa de Belmar.
Un último detalle, su creencia a pies juntillas en reinos imaginarios siempre me ha parecido deplorable pero afirmar que pasa largas temporadas en uno de ellos es directamente patético. Puede que impresione a alguna inocente damisela, mas será a costa del respeto que le teníamos en la Academia.
Vaya, vaya Edward
ResponderEliminarVeo que has conseguido volver pero, no cantes tus alabanzas demasiado rápido pues, después de haberme puesto en contacto con el Marqués de Aymar, yo también estoy preparada para volver.
El que busca la verdad, corre el riesgo de encontrarla...
Condesa de Belmar
Me alegro de que hayas vuelto, Edward, y de que los relatos fantásticos no fuesen más que pequeños fenómenos espaciotemporales.
ResponderEliminarHuelgo describirte cómo a ido derivando tanto este blog como la Academia misma durante tu ausencia, porque imagino que ya lo habrás visto
En cualquier caso, la principal preocupación debería ser la fuga de Steiner y la reorganización de sus fuerzas. Empezaron como una molestia, pero están volviéndose más peligrosos cada día que los dejamos en libertad.