martes, diciembre 23, 2008

Las mentiras de Steiner: Shangri-la

En esta nueva etapa me propongo exponer al truhán y malnacido Patrick Von Steiner como el fabulador que es. Hace ya tiempo contó desde el afortunadamente extinto Planeta Inquietante sobre sus vacaciones en el mítico reino de Shangri-la. No sería diferente a otros vijes suyos a lugares imaginarios de no haber investigaciones serias en marcha como la que lleva a cabo Bruno Baumann. Este alemán ha visitado en numerosas ocasiones el Tibet encontrando información que ha llevado a un revisión a fondo de su historia. Es más, tiene una localización bastante razonable para la Shangri-La real y no el cuento que nos han vendido en Best Sellers como the Lost Horizon o testimonios fantasiosos. El lugar es el valle de Garuda, donde estaría el palacio de plata de los reyes Shang Shung, una dinastía de feroces y sanguinarios guerreros que habrían dominado la zona hace dos mi años.

No debería hacer falta decir que ese lugar ha permanecido deshabitado durante mucho tiempo y no es el lugar de recreo que nos pintó Steiner, que seguramente pasó esa temporada en su casa de Santiago de Compostela conectado al ordenador procrastinando. También debería demostrar que la historia es lo suficientemente rica como para inventar o mezclar leyendas. Si Shangri-La fue real no era el paraíso terrenal que creen los seguidores de la New Age sino un lugar tenebroso en el que los rituales sangrientos eran el pan de cada día. Resulta irónico que ese sitio resultara ser la cuna del budismo, de guerreros despiadados a teóricos defensores de la no violencia. ¿Lobos con piel de cordero?


Saludos, Sir Edward Holst

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