Las víboras que se han confabulado para crear una Falsa Academia han escogido finalmente un nombre, aparcando por un momento sus notorias diferencias ideológicas. La elección, el Liceo, es especialmente ofensiva pues es el nombre que dio Aristóteles a su escuela cuando decidió no reincorporarse a la Academia. El paralelismo que busca no puede ser más errado. No estamos ante un gran pensador o un grupo de ellos que ha decidido tomar una vía más orientada a la aplicación práctica de la filosofía sino ante un puñado de criminales sentenciados y de ociosos que quieren que el mundo les preste atención y su existencia no caiga en el olvido.
Si algo positivo se saca de esta noticia es que ya no tendré que manchar el término que da nombre a la organización de la me enorgullezco tanto al nombre a ese enjambre de parásitos arcaicos. El Liceo es un obstáculo a la gloria del Nuevo Mundo y será destruido al igual que el sindicado del crimen de Patrick Von Steiner y demás grupúsculos de feriantes y cantamañanas. A diferencia de mi buen amigo el Bibliotecario no daré ni una sola oportunidad a esa escoria, desaprovecharon las que tuvieron, que no fueron pocas. Os dejo con una imagen que refleja a los tres dirigentes principales del Liceo, sacada de una serie de ficción. La real podría herir la sensibilidad de los lectores de este blog, lo cual es decir mucho pues están terriblemente curtidos.
Las cabecillas del Liceo y su consejero/siervo.
Personalmente no apostaría por el futuro de este trío de aristócratas, sus diferentes intereses y sus personalidades caprichosas harán que los enfrentamientos sean moneda corriente en el día a día de su banda. Será la historia de un fracaso anunciado. Sólo me queda decir, ¡Corta vida al Liceo!
Saludos, Sir Edward Holst
Mmmmm ¿Se supone qué este de la foto es el Marqués de Aymar? No sé yo...No me lo imaginaba así.
ResponderEliminarO_o que ven mis ojos!!
ResponderEliminarEs "Lucy Sin Ley" pero rubia y sin pechera metálica....Todo un descubrimiento de magnitud extraordinaria sin duda.