Un pista sobre el paradero de los terroristas del mezquino suizo nos ha llevado a lugar singular, que recibe el nombre de "Puerta del infierno". No era en absoluto descabellado esperar encontrarse a Steiner y sus adláteres rondando por esos parajes. La puerta es un cráter provocado por una excavación geológica cerca de un pequeño pueblo, Darvaz, en Uzbekistán. hace 35 años buscando gas dieron con una bolsa gigantesca que contenía gases, en efecto, pero altamente nocivos y tan grande que todo el equipo cayó en su interior. No se les ocurrió mejor manera de solucionar su metedura de pata que prenderle fuego a los gases con la vana esperanza de que se consumirían en unas pocas semanas. 35 años después sigue ardiendo con tanta intensidad que uno no puede permanecer mucho tiempo cerca por muy protegido que vaya.
Si bien no hallamos a los enemigos jurados del Progreso sí descubrimos que habían pasado vendiendo sus disparatadas teorías y vertiendo las ya conocidas calumnias sobre la Academia, enlazándolas burdamente con la Puerta al infierno. ¿Creen que somos tan idiotas como para prender fuego a una bolsa de gas o para ponernos a cavar a tontas y locas? También tuvieron tiempo para intentar impresionar a los pueblerinos de la zona, dicen y me cuesta contener la risa al escribirlo que la desequilibrada mental Jenna Starblade descendió al interior del cráter y salió con pruebas de una conspiración entre mi organización y los Grises y una conexión muy cogida por los pelos con el pozo del infierno del tristemente famoso Doctor Azzacove.
Estoy plenamente convencido que fue un burdo truco hecho para embaucar a unos pobres palurdos y sacarles unos cuantos som. Podéis ver más fotos del cráter en esta página y juzgar por vosotros mismos si es factible introducirse en esa hoguera permanente sin quedar reducido a cenizas, salvo que os creáis que esa asesina en serie fue creada por una civilización alienígena extremadamente avanzada en cuyo caso vuestra opinión es del todo irrelevante. Mañana cedo el turno de palabra a mi díscolo hermano a modo de recompensa por el trabajo que está llevando a cabo junto al Bibliotecario. Ignorad las tonterías románticas que vomite, siempre le ha costado mantener la conexión con la realidad, de ahí sus frecuentes flirteos con el mundillo de lo paranormal.
Saludos, Sir Edward Holst