Un Nuevo Día para el Bibliotecario

Hoy es un día de celebración, las palabras no hacen justicia a la felicidad que siento al poder pasar en compañía de un buen amigo al que creía perdido el día de su cumpleaños. Hace un año estaba en las garras del diabólico suizo, atrapado en su red de mentiras y ensoñaciones, cómplice involuntario de una banda de terroristas sin escrúpulos. La cuidadosamente planificada ofensiva judicial llevada a cabo con precisión quirúrgica por la honorable Academia del pasado verano permitió su liberación, una de sus muchas benignas consecuencias. Una temporada de meticulosa desprogramación en uno de mis palacios ha posibilitado la recuperación completa de uno de mis más antiguos y fieles colaboradores para la causa de la Razón y la Humanidad. Aunque ha optado por conservar el genérico nombre de Bibliotecario siento que ha cerrado esa oscura etapa de su vida, en la que recluido en un lúgubre apartamento malvivía ejerciendo de fuente de conocimiento del perverso ignorante Patrick Von Steiner.

Esta jornada es de merecido descanso y regocijo por el largo camino recorrido y por una Amistad que ha renacido de sus cenizas, un lazo mucho más fiable y valioso que los caprichosos amoríos que con tanto empero busca la plebe.

¡Feliz cumpleaños, amigo Bibliotecario, que cumplas muchos más y que juntos vivamos la Utopía del Nuevo Mundo!

Saludos, Sir Edward Holst