La reacción de los enemigos de la Razón a nuestras exitosas y contrastables operaciones no se ha hecho de rogar y ha venido de la forma que les es más familiar, relatos fantasiosos sacados de noveluchas de bolsillo e historietas de segunda mano. Internet funciona una vez más como altavoz de las mentiras del fantoche suizo y su corte de ladronzuelos con ínfulas. Los testigos de las supuestas acciones que voy a comentar y desmentir son los palurdos ágrafos de costumbre cuya credulidad tiende geométricamente al infinito al igual que su reconocida estulticia. Da igual que sean apariciones de santos, vírgenes, alienígenas, hadas, mothman... los relatos siguen el mismo patrón de incoherencias y tópicos. Comentaré dos especialmente sangrantes. Primero la versión "oficial" y luego mi opinión.
1) La "guerrera intergaláctica" Jenna Starblade tras recuperar los restos mortales de su compañero Rob Larroca, asalta en solitario un avión invisible de la Academia en pleno vuelo sobre los Estados Unidos. A bordo va un grupo de científicos de Zeta Reticuli involucrados en oscuros experimentos relacionados con los "pozos al infierno" y con gran cantidad de información confidencial. No siguen una ruta de vuelo oficial ni hay registro del mismo. Se arroja desde un vimana de la Expedición Delos, que cuenta con la tecnología necesaria para detectar el avión. Desgarra el fuselaje del aparato con sus propias manos con la consiguiente pérdida de presión, justo el tipo de situación para la que fue diseñada. Elimina a los soldados híbridos que van a bordo. Interroga a los científicos, que al reconocer cantan como pájaros amaestrados. Su recompensa es perder la cabeza, literalmente. Convence al piloto de que se deje caer en un descampado cerca de un pueblo perdido en el corazón de Montana y sale victorias entre las llamas que devoran los restos del estrellado avión.
Jenna Starblade, foto de archivo.
Todas estas peripecias propias de una película de Bruce Willis se las habría contado la psicópata a los paletos locales que dicen que presenciaron el desenlace mientras volvían a sus cuadras en una cochambrosa camioneta. Todo es tan absurdo y ofensivo que ni falta debería hacer desmentirlo, ¿cómo diablos alguien puede creer que esa mujer sea capaz de realizar tales "proezas sobrehumanas" y que cuente para ellas con tecnología alienígena? Es ridículo, los únicos extraterrestres reales son víctimas de sus desequilibrios mentales. Su fantasía con la Expedición Delos y su papel como guerrera diseñada genéticamente es su forma de evadirse de la realidad. Es indignante que no sólo se alimente su ilusión de ser una superheroína llegada del espacio exterior sino que sus crímenes sean aplaudidos y presentados como hazañas.
Continuará...
Saludos, Sir Edward Holst
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