La naturaleza nos ofrece innumerables pruebas de que la Tierra no es un hábitat cerrado como pretenden hacernos creer los falsos investigadores a sueldo de la Academia, sino una pequeña parte de uno más grande y rico, el cosmos. La vida llegó del espacio hace millones de años a lomos de hermosos cometas y lo sigo haciendo. Criaturas alienígenas acaban entre nosotros por las causas más dispares y acomodan intentando pasar desapercibidos. Sólo un ojo entrenado puede detectar su auténtico origen. El Cymothoa exigua es un ejemplo de manual. Un parásito que se introduce en los peces mediante sus agallas, corta el flujo de sangre a sus lenguas y las reeemplaza. No se conoce ningún efecto adverso sobre el huésped, ya que puede usarlo como si fuera su lengua natural, tan sólo se alimenta de sus mucosidades e ignora olímpicamente lo que ingiere el pez. Es el único caso conocido de un parásito que sea capaz de sustituir con éxito un órgano. Un dato ciertamente sospechoso y que abre todo un mundo de posibilidades. No es precisamente la norma que una criatura sea tan respetuosa con el cuerpo que invade y eso me hace pensar que quiere integrarse a toda costa, cual inmigrante sin papeles que no quiere llamar la atención del implacable servicio de deportación.
La última prueba es su aspecto y la impresión visual de verlo ejerciendo de lengua en otro ser vivo, ¿no os recuerda poderosamente a cierto alienígena cinematográfico, esa boca dentro de otra boca es una imagen perturbadora que nos hace pensar en otros planetas? Os dejo una foto a todo color del Cymothoa exigua para que podáis juzgar vosotros mismos. ¿Un caso único producido por el azar o un visitante discreto del espacio exterior? Yo lo tengo claro, ¿y vosotros?.
¡Por Isis!Fuentes de información: Warren Ellis y Discovery On
No hay comentarios:
Publicar un comentario