Le he prometido al Marqués de Aymar no desvelar información sobre la celda en la que mantiene prisionero al Doctor Abismo, baste decir que cumple con su propósito y le proporciona todo lo necesario para tener una vida agradable. El siniestro científico me recibió cómodamente sentado deleitándose con un coro de maullidos discordantes que reconocí al momento como el producto de una caja felinomusical, un instrumento atroz cuya música sólo podría disfrutar una criatura como él. Ante él había una mesa ordenada con una pulcritud exagerada, sus notas y sus matraces estaban dispuestos siguiendo un patrón simétrico perfecto. Estábamos solos, aunque se notaba que no era su única visita del día, sus ayudantes tienen permiso para colaborar en sus experimentos genéticos, la razón de mi visita.
La primera hora de nuestra conversación fue para ponerle al día de todo lo que había ocurrido desde la caída del Usurpador, parecía muy ansioso por saber qué cosas le había ocultado su anfitrión. Conseguí unos gestos notorios de interés al mencionar a los seis científicos grises que siguen entre nosotros protegidos por los académicos mas no dio ninguna pista sobre la conexión que estaba buscando entre su tecnología y la hibridación desarrollado por los habitantes de Zeta Reticuli. Al terminar esa hora el doctor me solicitó una pausa para asimilar la información, una de sus ayudantes, con un peinado afro muy llamativo, me acompañó a un sala de estar dejando solo a su maestro con sus oscuros pensamientos.
Continuará...¡Por Isis!
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