La mezcla de fanatismo e ignorancia que empapa cada rincón de este agujero inmundo hace que sus ridículos contribuyentes estén ciegos a la grandeza de la Muerte o Átropos, como era conocido en vuestra antigüedad. Mas fuera de esta casa de locos e ignorantes la gente sabe que su llegada ha puesto en marcha una cuenta atrás a sus vacías vidas e imploran piedad a todas horas. A continuación una conversación entre un hombre sensato y cabal y una mujer trastornada, sin duda presa de algún desequilibrio hormonal.
¡Por el Imperio!
¡Dior mío!, ¡Dior mío!
ResponderEliminarMe encantan estas animaciones. Son jodidamente surrealistas...