Relegados a un papel secundario los "húngaros" se dedican a suministrar carne de cañón a la Muerte, que la lanza sin ton ni son a nuestras afiladas garras consiguiendo los mejores filetes y entrecots de carne mutada e híbrida del mercado. Su leyenda, a todas luces exagerada, se centra únicamente en su capacidad de derramar sangre. Por el momento ha tenido más éxito con la de sus aliados que con la nuestra, salvo cuando se ceba con civiles desarmados o mal preparados. Para poner fin a esta violencia gratuita hemos delegado en la antropóloga pop la coordinación de la defensa mientras un servidor se retiraba junto con la rigurosa pero no por ello carente de atractivo Ellen Blackmoon a un lugar tranquilo y apartado en el que planear un combate final, cara a cara, con la Muerte. Será muy pronto y supondrá el final de la Operación Kraken.
¡Por Isis!
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