¡Por fin!
Entre las técnicas de rastreo de bichos desgradables que me enseñó mi amiga Jenna Starblade y la ayuda de los refugiados de Zyga´Rhon fue sencillo localizar tanto la nave como a sus ocupantes, los huidizos científicos grises, que han sido un constante incordio desde la derrota de sus amos. Enfundados en sus exoesqueletos y rodeados de mutados recién horneados intentaron tendernos una emboscada pero la vimos venir y reaccionamos en consecuencia. El combate fue feroz, por ambas partes. Ellos luchaban por su supervivencia y nosotros queríamos hacerles pagar por todos sus crímenes, tantos los cometidos en Zyga'Rhon como en la Tierra. Con la tecnología de la Expedición Delos y unas gotas de alquimia bien aplicada abrí brechas en sus exoesqueletos y ese fue el momento en el que la victoria se decantó de nuestro lado. Sus pieles resecas y arrugas entraron en contacto con la Pandemia Blanca, y mi creación los debilitó hasta dejarlos indefensos. Incluso entonces siguieron azuzando a los mutados, usando una versión burda de telepatía intrusiva y dolorosa para sus esbirros. Viendo que no podían con nosotros ni soportaban las voces de sus amos se volvieron contra ellos y los asesinaron.
Justicia poética o cruel ironía el caso es que se ha terminado la amenaza de los científicos grises, y ya que el Leviatán ha caído a manos de Arya Darkstorm tan sólo queda la Muerte como único obstáculo. Si cae la Operación Kraken habrá concluido.
¡Por Isis!, Carman Corrigan
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