Cualquier iniciado en la Historia Secreta de la Tierra es plenamente consciente de que hay lugares enigmáticos escondidos a plena vista. Una de las tareas que llevamos a cabo en la Resistencia es registrar todos estos sitios en un gran Atlas, ofreciendo una alternativa a las guías oficiales y comerciales, vulgares folletines para turistas y escritores vagos. Mi más reciente hallazgo es un túnel en el embalse de Belesar. La razón oficial para justificar su existencia es para retirar los escombros. Ja, que le vendan a otro ese cuento chino. Es evidente para una persona con dos dedos de frente que este túnel posee fines mucho más interesantes. De hecho, tras una exploración intensiva del mismo puedo afirmar que se empleó como alojamiento de un acelerador de partículas y gracias a la tecnología de Delos encontramos una fuente artificial de neutrinos, idénticos a los detectados en el experimento Opera. Da qué pensar, ¿verdad? Aquí hay algo grande, la caída del rígido límite de la velocidad de la luz es una señal de que llega una nueva época. Una señal esperanzadora para mi peculiar aliada, Ellen Blackmoon y sus Hijos del Nuevo Mundo.
¡Por Isis!
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