La actual Crisis que azota al mundo esconde un tenebroso patrón que los medios de comunicación no desean mostrar. Los derechos sociales se desvanecen en aras de la austeridad, medio y fin de los grandes e incompetentes organismos financieros. Los mismísimos derechos humanos son cuestionados como si fueran un capricho. Los gobiernos son títeres en manos del mercado y el cambio de color político sólo lo pone más en evidencia, da igual qué partido esté en el poder, las medidas son decididas en otro sitio. Lo peor es que esas medidas no funcionan, recortar gastos y despedir gente no va a revivir la economía, más bien todo lo contrario. Es como tener a dieta de pan y agua a un enfermo, se debilitará hasta morir. ¿Empezáis a distinguir el patrón?
Como ya dije antes en esta bitácora el actual sistema se derrumba sin remedio, sólo falta algo que lo sustituya. Esa alternativa es lo que se esconde en el patrón que conforman todas estas noticias abracadabrantes y en su centro está la Academia, mi antigua organización. Abandonados por los Grises y habiendo renegado de la Utopía de Sir Edward Holst han volcado sus esperanzas y ambiciones en instaurar un nuevo orden mundial. Para ello, lejos de idear algo original han preferido mirar al pasado. El sistema feudal es para ellos la solución a nuestros problemas. Un sistema en el que los empresarios ejercerán el papel de los nobles y sus empleados pasarán a ser súbditos. Dada la gravedad y trascendencia del tema le dedicaré varias entradas.
Por el Nuevo Mundo, Ellen Blackmoon
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