En medio de la búsqueda de portales y de las criaturas que han salido de ellos me congratula poder compartir con vosotros una buena noticia. La inteligencia y el sentido común se han impuesto para variar y la empresa que vende el timo sacacuartos de las pulseras Power Balance deberá pagar 42 millones de euros por publicidad engañosa a consumidores de EE UU y podría declararse en bancarrota. Si algo saben en EEUU es poner indemnizaciones dignas de ese nombre y no las fruslerías a las que estamos acostumbrados en el viejo continente. Una compañía que se lucra vendiendo un producto aduciendo unos efectos asombrosos, sin base alguna y que en la realidad son puro efecto placebo o directamente autoengaño merece que la pongan en su sitio. En la Utopía de mi Maestro no hay lugar para estos vendedores de humo. Pagar de 22 a 42 euros por una banda de silicona o neopreno con un holograma es ridículo. Hay alternativas mucho más baratas y sin pretensiones científicas. Si van a confiar en supersticiones al menos no derrochen el dinero.
¡Por el Nuevo Mundo!, Ellen Blackmoon.
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