Que este tinglado para incautos y débiles mentales que tiene montado el estafador suizo y su troupé de monstruos y rarezas haya cumplido seis años solo refuerza mi convicción sobre la imparable decadencia de la humanidad. Ni el natural desgaste del tiempo ni la pomposa Academia ha conseguido echar el cierre a esta fosa séptica. Me alegra y enorgullece saber que mis representados triunfarán allí donde han fracasado tantos, llegando a la ignominia de unirse al enemigo. Te estoy mirando a tí, Ellen Blackmoon, desde mi posición de incuestionable superioridad moral te condeno por traicionar tus principios y arrojarte cual vulgar mujerzuela a los brazos del rollizo y borrachín suizo.
Firmado, Vuestro Superior.
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