A la hora de abordar el viaje a otras dimensiones unas de las primeras cuestiones que surgen es qué forma es preferible, la astral en la que viaja la mente o la corpórea, en la que el cuerpo acompaña a la mente. Me propongo demostrar en esta entrada que se trata de una falsa dicotomía pues se trata de dos formas complementarias y no excluyentes, como algunos gurús advenedizos se han empeñado en hacernos creer. Según a qué escuela de pensamiento acuda te afirmarán sin rubor alguno cuál de los dos es el método pleno de visitar otros reinos. Para unos sólo el espíritu, en su divina pureza, debe hollar los caminos más allá de este plano. Según otros, en cambio, uno necesita tocar, respirar y empaparse del ambiente con sus sentidos para poder afirmar que ha estado. Para estos el viaje astral es el equivalente a ver un documental, una experiencia incompleta. Ambas posiciones fallan al creer que se debe optar por una.
Las dos son métodos completamente válidos para explorar otras dimensiones y permiten experimentarlas de forma diferente. También hay métodos intermedios, se puede proyectar el espíritu en un recipiente o cuerpo, tanto artifical como natural. En el primer caso sería como manejar un robot pero sin las limitaciones de unos mandos a distancia. En el segundo se compartiría la experiencia con la conciencia de ese cuerpo. Claro está, en el segundo caso debería contarse con el permiso del dueño. Lo contrario sería una falta de educación muy grave y suele ser castigada en todas las dimensiones.
Mi consejo es emplear el viaje astral para el primer contacto y evitar entrar en un lugar inhóspito sin la debida protección. Tan sólo prescindo de esa comprobación si voy con un guía de plena confianza, como fue el caso de la legendaria guerrera Jenna Starblade. Una vez que poseo información suficiente sobre la dimensión en cuestión decido si ir con mi propio cuerpo, emplear uno artificial o compartirlo con uno de los nativos, tras obtener su permiso. Mañana anunciaré quiénes me acompañarán en esta épica odisea y quienes quedarán atrás velando por la Tierra.
¡Por Isis!
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