En terreno enemigo

Uniendo nuestras fuentes de información, hemos conseguido localizar un objetivo apetitoso, el laboratorio de uno de los Escuadrones de la Legión Ilustrada, dirigido por un experto en electromagnetismo y condicionamiento del comportamiento animal, de apellido Heaviside y títulos de Doctor y Sir. Se supone que está protegido con una mezcla de alta tecnología de origen alienígena y sus experimentos en conducta, pero nada de eso parece impresionar a nuestro aliado suizo, que afirma tener un plan. Cada vez que esa palabra sale de su boca siento escalofríos y me pregunto qué diablos hago con este feriante. Espero que no sea más absurda de lo habitual. Con eso me conformo.

¡Por el Nuevo Mundo!, Ellen Blackmoon

El rostro en la pared

Mis aliadas pasan por alto los secretos ocultos a plena vista, como tantos otros caminan entre edificios cubiertos de información, información que sólo los iniciados reconocemos como tal. Tomemmos este rostro inquietante, por ejemplo. Un novicio en este campo no le dedicaría más de una mirada y un comentario superficial y erróneo, tomándolo por una decoración siniestra. Un estudioso como este servidor ve en esa cara un sello perturbador, una marca del desasosegante paso de los Grises por la Tierra, y no puede evitar recordar el lúgubre año en el que fuimos sus involuntarios súbditos. Evidentemente, los Hijos del Nuevo Mundo guardan un recuerdo muy diferente de ese período, para ellos fue la cristalización de la Utopía por la que luchan, aunque esta vez sin la intermediación de tiranos alienígenas, afortunadamente para todos.

¡Por Isis!

Al filo de la espada/¡En marcha!

¿Nos ponemos en marcha de una #### vez?

Vale, si nos ponemos así, adelante.

Al final ha sido mi fiel guerrera la que ha conseguido ponernos en marcha al hacer ademán de cortar por las bravas los desvaríos del suizo, que amenazaban con sumirnos en una investigación sobre misterios ocultos, empezando por componer un puzzle imaginario con las fotos que había tomado del lugar que en mala hora escogía para nuestra cita. A este paso se habrán hecho viejos nuestros enemigos cuando caigamos sobre ellos.

¡Por el Nuevo Mundo!. Ellen Blackmoon.

Estudiando al enemigo/mareando la perdiz

Nada más llegar a mi cita con los Hijos del Nuevo Mundo, reparé en el interesante lugar que había escogido su líder y llamé su atención no sólo acerca del llamativo sello, impronta nada sutil de la Academia, sino también de los conocimiento encriptados por toda la fachada. Como investigador, propuse estudiarlos, pues cuanto más se conoce al enemigo más preparado está uno para derrotarlo.

¡Por Isis!

Cuando has pasado la mayor parte de tu existencia en un laboratorio entrenando, preparándote para ser una guerrera, deseas ante todo entrar en acción, así que la reacción de mi compañera fue del todo comprensible. No tuvo otra ocurrencia el suizo que examinar la fachada del edificio en el que nos habíamos reunido con el pretexto de encontrar ( o inventar, en su caso son dos conceptos que van de la mano) pistas sobre nuestro enemigo. Para evitar perder más tiempo y poner a prueba la paciencia de Arya de forma innecesaria, le ayudé a fotografiar la fachada. Me extrañaría mucho que eso sirva de algo, pero conociéndole, todo es posible, literalmente.

¡Por el Nuevo Mundo!, Ellen Blackmoon

Preparando la ofensiva

El suizo empieza a hacer gala de su habitualmente inesperada e inexplicable utilidad, el exótico aparato que le ha traído (tarde) hasta la reunión sirve para rastrear tecnología alienígena. En nuestro caso, quiso probarla buscando a mi fiel guerrera, en cuyo creación mi Maestro empleó conocimientos obtenidos tanto de los Grises como de los saberes "prohibidos" de la Academia. Su inexperiencia con el aparato explica en parte su retraso, aunque me parece que dio algún rodeo de más, fijo que ha estado promocionando sus productos "inquietantes", o repartiendo folletos de su delirante parque temático. Lo importante ahora mismo es que artefacto viene bien a mis planes, quiero atacar un sitio importante, una base que contenga tecnología valiosa.

¡Por el Nuevo Mundo!, Ellen Blackmoon.

Damos la bienvenida a Dlorean Ediciones

Me llena de alegría anunciar la creación de una editorial, Dlorean, que nace con el noble fin de contar historias, sin imponer absurdas y a menudo castrantes limitaciones a los autores. La fantasía, la ciencia ficción, el horror... todo tiene cabida. En mi humilde opinión, es justo ahí, en el territorio libre que representa la ficción, ahí donde el escritor da rienda suelta a su imaginación, donde más nos acercamos a la Verdad. Podéis seguir las actividades de esta nueva editorial en su blog. Para abrir boca os copio a continuación sus primeras novedades, englobadas en una misma línea editorial, la colección Savage.

LA MALDICION DE LA DIOSA ARAÑA de Miguel Angel Naharro. En una carrera contra reloj, Jonathan Baker, conocido como La Garra, acompañado de su hermano de sangre, Morodo, su ayudante Pete Spencer y la misteriosa y bella germana conocida como Walkyria, tendrán que impedir que la Standartenfürer Vanessa Von Ulrich y las fuerzas de la Waffen-SS se hagan con el control de los hijos de la Diosa-Araña y así poder decantar la guerra de parte del Tercer Reich.

SOLDADO DE FORTUNA: LAS AVENTURAS DE KONRAD STARK de Alexis Brito Delgado. En una Europa invadida por los implacables ejércitos napoleónicos, Konrad Stark es un soldado de fortuna que intenta sobrevivir entre el tronar de los cañonazos y el avance de los húsares. Batallas en alta mar, líos de faldas, borracheras, noches de juerga y damas misteriosas, son unas de tantas aventuras por las que pasará nuestro héroe.

EL MAL QUE HACEN LOS HOMBRES de Tony Jimenez Chicago, 1934. Una ciudad azotada por la delincuencia, la corrupción, el crimen y la violencia. Una ciudad donde los hombres buenos son asesinados o sobornados, donde la mafia se ha hecho con el control. Pero hay algo moviéndose entre las sombras. Un ser que acecha a los malvados como la araña a la mosca… ¡The Night Spider!

¡Por Isis!

Próximamente...Jenna Starblade

El sello digital TS COMIX nos ofrecerá el origen de la guerrera de las estrellas, Jenna Starblade, con la que tuve el honor de compartir grandes aventuras.

¡Por Isis!

Dos puntos de vista

Combatir a las fuerzas malignas que amenazan a la humanidad tiene sus partes buenas, como conocer a mujeres hermosas y valientes. A pesar de la mala sangre entre nuestras organizaciones, debida principalmente al año de la ocupación gris, hemos logrado unir nuestras fuerzas, Ellen Blackmoon y un servidor, por el bien de la Tierra. Meticulosa y cerebral, está dedicada a la causa del Nuevo Mundo en cuerpo y alma. No comparto su, a mi juicio, rígida forma de planificar la vida de la gente, decidiendo su trabajo, pareja... pero respeto su derecho a construir su Utopía y abrirla a aquellos que crean en ella. A diferencia de la taimada Academia, no pretende imponer su visión, ni inocularla de forma subrepticia desde los libros de texto. Por eso, es un honor luchar a su lado y la prueba de que el tiempo y un enemigo común no sólo cierra las heridas, sino que hace posible lo imposible, que de las cenizas de la batalla surja una posible e inesperada amistad.

¡Por Isis!

Una de las consecuencias más desagradables que tuvo el abandono de la Utopía del Nuevo Mundo y su creador por parte de la Academia, fue obligarme a buscar aliados hasta debajo de las piedras. Enfrentada con la Legión Ilustrada por un lado, los Científicos Grises por otro, e incontables amenazas, tuve que recurrir al responsable de la caída de mi Maestro. Si bien es cierto que un enemigo común une, no lo es menos que uno no olvida. Su rostro sonriente es un constante recordatorio del malhadado día en que su aliada alienígena atravesó con su espada al gran Sir Edward Holst. El tiempo ha pasado y hemos sido aliados en no pocos combates, mas eso no le da ningún derecho a tratarme con la familiaridad que reservo para mis amigos, o peor, intentar ¿seducirme? con alambicados piropos que parecen sacados de algún manual de buenas maneras decimonónico. Encima llega tarde. Lo que hay que aguantar, menos mal que podré desquitarme con mis antiguos compañeros. El suizo se libra de mi ira porque es incomprensiblemente útil.

¡Por el Nuevo Mundo!, Ellen Blackmoon