La espera ha sido decididamente más larga de lo que esperaba, los peludos guardianes del laboratorio han probado ser más resistentes a los cantos de sirena del alcohol de lo que uno podría esperar de unas criaturas modificadas genéticamente para ser esclavos de la Academia. Pero, tras reponer en innumerables ocasiones el contenido de la botella, uno de los mandriles cedió finalmente y vacío la botella de una sola tacada. Una segunda le siguió pronto. Animado por la ingesta, empezó a cantar y pronto nos vimos repartiendo botellas a mandriles ansiosos de fiesta. Así, nuestra paciencia fue recompensada, y desarticulamos la fuerza de seguridad de un solo golpe, incruento y eficaz.
Tras dejar a los mandriles celebrando una improvisada fiesta, entramos en el laboratorio, cuyos sistemas informáticos habían sido tomados por nuestra experta tecnomaga Gwen Marsters y en un periquete pudimos hacernos con gran cantidad de información valiosa y prototipos muy interesantes, todos relacionados con la manipulación del campo electromagnético. En definitiva, la inusual alianza formada por la Resistencia y los Hijos del Nuevo Mundo se ha anotado una trabajada y merecida Victoria en su continua lucha con la opresora Academia.
¡Por Isis!
