El torpe mensaje del carnicero enviado por los Grises me parece tan decepcionante como al suizo, una opinión unánime en los Hijos del Nuevo Mundo. ¿Fuego?, ¿científicos traicioneros de la Academia?, ¿híbridos?... Nada nuevo bajo el sol. Nos las hemos visto antes con la Academia (a la que consideré un hogar hace ya tanto) y los Grises, saliendo victoriosos. Cambiar a la Muerte por un sucedáneo, no cambia nada. Y más si es tan ingenuo como para enviar a un mostrenco a hacerme una visita. La imagen que encabeza esta entrada es un retrato exacto del recibimiento que le di. No pienso ceder ante este refrito. Si no tiene ningún as bajo la manga, va a hacer un ridículo aún mayor que su jefe, cuyas manos adornan mi salón.
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