Tal y como adelantábamos el otro día, hemos identificado a la líder del grupo de esbirros reunido por La Guadaña. No ha sido difícil recabar información sobre ella. Sus víctimas son innumerables y sus relatos conforman un retrato de horror y sadismo. Gobierna con puño de hierro un sistema solar ubicado en un rincón del Imperio Gris. Sus habitantes presentaron una gran resistencia a las fuerzas de Zeta Reticuli y tan solo su superior tecnología y la sobreabundancia de carne de cañón criada en laboratorios acabó inclinando la victoria de su lado. Como castigo y para meterlos en vereda, enviaron a la Alta Sacerdotisa de los Siete Dolores, Karen Bloodscream, una de las más importantes autoridades de un culto truculento, incluso para la cuestionable moral gris. Con ese nombre y ese cargo, ya os podéis imaginar que sus métodos no incluían la diplomacia o el respeto. Torturó y asesinó a destajo, la sangre corrió en una abundancia obscena entre continuos alaridos. Los más afortunados fallecieron o huyeron, el resto vive bajo su cruel e impío reinado. Zeta Reticuli sólo le pide dos cosas: que sus súbditos no den problemas y ,de vez en cuando, una remesa de esclavos especialmente preparados por ella para satisfacer sus retorcidas y nauseabundas aficiones. La decadencia no conoce límites en los salones de los aristócratas grises.
Como presentación de este siniestro personaje, creo que ya es suficiente. No os dejéis engañar por su apariencia, aunque su indudable belleza reduzca a sus gerifaltes grises a la condición de pilas de excrementos humeantes, su interior es una masa retorcida de espinas, rellena de malos pensamientos. No es de extrañar que la hayan enviado lejos de la Corte Imperial, donde no pueda hacerles sombra y participar en las constantes intrigas palaciegas. En la próxima entrega pasaremos a sus esbirros, aún no he decidido por cuál de los dos que conocemos de momento empezaré.
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