En esta bitácora de lo imposible no perdemos de vista la más rabiosa actualidad, y así os traigo hoy una noticia impactante, que hará experimentar un fuerte sensación de déjà vu. En Siberia Occidental, unos pilotos rusos han descubierto un enorme agujero, al que le estiman unos 80 metros de diámetro mientras que su profundidas es una incógnita por el momento. La ya conocida tropa de supuestos expertos geólogos a sueldos de la corrupta Academia ya ha empezado la operación de intoxicación, lanzando teorías peregrinas para explicar la súbita aparición de este boquete. El calentamiento global, que sirve tanto para un roto como para un descosido y un meteorito son las tesis principales que manejan. Pero nosotros, curtidos en todo tipo de fenómenos curiosos y desconcertantes, conocemos precedentes y gracias a ellos, podemos aventurar de qué se trata. La pieza clave de este puzzle es el nombre de la región, Yamal, que quiere decir "fin del mundo". ¿Queda ya alguna duda de que estamos ante otro "pozo al infierno". La única duda razonable es acerca de su origen, ¿quién o qué lo ha producido? La lista de sospechosos es alargada. Para resolver este enigma es necesario no sólo visitar la zona, sino adentrarse en las entrañas de ese agujero, esa mirilla inesperada al interior de nuestro mundo y quizás también de otros mundos contenidos o accesibles desde el nuestro. Es una pena que la lucha por la liberación de Europa nos impida dedicarle ahora el tiempo necesario. Será una de las primeras tareas que afronte en cuanto volvamos a expulsar a los Grises.
No hay comentarios:
Publicar un comentario