Tras la épica derrota de La Guadaña a manos de Arya Darkstorm, los traidores de la Academia desaparecieron como las ratas que abandonan el barco cuando sienten que se hunde, dejando a las tropas grises sin líder ni apoyos frente a las fuerzas conjuntas de los Hijos del Nuevo Mundo y la Resistencia. Con ánimos y fuerzas renovadas, conseguimos expulsarlos de Munich y aprisionar a la mayoría en las afueras, con las habilidades alquímicas de Carman Corrigan que contactó con unas criaturas primordiales que hacen ahora de grandes celdas improvisadas. Mientras tanto, La Guadaña, sobrevivía a duras penas en la siniestra biblioteca de la Academia, a salvo detrás de sus barreras mágicas. Sin embargo, su estancia ha sido extremadamente corta, puesto que apenas unas horas más tarde, salía a toda velocidad en una nave gris de un diseño clásico, el platillo volante por antonomasia, y tras hacer una breve parada en mi tierra natal, Suiza, puso rumbo hacia las estrellas. Le perdimos el rastro en el momento en que dejó nuestro sistema solar. Un final humillante para tan presuntuoso guerrero. Vino clamando venganza y estuvo orbitando la Tierra la mayor parte del tiempo, dejando que otros hicieran su trabajo, y ahora huye, derrotado, como alma que lleva el diablo. Me pregunto qué opinarán su Maestro, al que con tantas ganas deseaba vengar, y sus superiores, pues esta reacción final ha sido la puntilla que completa una operación presidida por su cobardía. Si no fuera por la labor despiadada de Karen Bloodscream, Europa no habría sufrido esta ocupación. Lo cual me recuerda que nos queda un cabo suelto en Suiza y una duda, ¿a qué fue La Guadaña?, ¿un último mensaje?, ¿una despedida?, ¿o algo más siniestro?
No hay comentarios:
Publicar un comentario