Como preguntaba en su tema clásico The Clash, ¿debemos irnos o quedarnos? Por un lado tenemos a La Guadaña, el sobrevalorado pero no por ello menos temible supersoldado y sus tropas grises invadiendo Alemania y por otro lado, la sanguinaria Karen Bloodscream y sus soldados más fieles está de regreso en el CERN, una de las joyas de mi patria con siniestros fines. Aunque confío en mi eficaz aliada Ellen Blackmoon y sus Hijos del Nuevo Mundo, no quiero dejarles solos frente a no solo los Grises sino también a la corrupta Academia, siempre aliada con los enemigos de la humanidad con tal de mantener su poder. Mi corazón me dice que vaya a Suiza, pero mi cabeza me dice que primero debemos detener la invasión de Alemania y luego partir hacia el gran acelerador de partículas. Eso no quiere decir que no vaya a enviar aliados en avance de nuestra llegada, para que vigilen a nuestra enemiga y den la alarma en caso de que haga algo sospechoso. No obstante, estoy abierto a las críticas y sugerencias. Este blog es un oasis del pensamiento heterodoxo, no una caja de resonancia para escuchar con deleitación mis pensamientos con un fondo de aplausos con el volumen justo para ser apercibidos pero no tan elevado como para interferir. Esos ejercicios banales de exaltación desvergonzada del ego se los dejo a los decadentes miembros de la Academia y a periodistas que se agarran al medio impreso como señal infalible de autoridad.
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