La marcha de nuestra enemiga, la sanguinaria sacerdotisa Karen Bloodscream, nos dejó prácticamente vía libre al CERN. Apenas dejó unos pocos matones a sueldo atrás para ganar tiempo, de los que dimos cuenta rápidamente. Ignoro qué puede ser la Llave que afirma haber logrado y los posibles usos que quiera darle resultan perturbadores, pero lo importante ahora es que mi tierra natal vuelve a ser libre. Me gustaría celebrarlo como es debido con mis fieles aliados, mas el deber nos llama. Una crisis devastadora en los pozos al infierno de Siberia que ha "animado" a nuestra enemiga a poner pies en polvorosa, nos reclama. Un equipo nuestro y los Hijos del Nuevo Mundo luchan a brazo partido contra los tentáculos de lo que podría ser un invasor extradimensional. En cuanto hayamos asegurado la situación aquí, partiremos hacia esas gélidas tierras y os aseguro que contaremos con un decisivo as en la manga.
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