Las sospechas fundadas de que en nuestras ciudades hay más de lo que se ve a simple vista y que los medios de información tradicionales ocultan más de lo que cuentan, han sido respaldadas por un informe sobre los resultados de un análisis sistemático de las trazas de ADN hallado en el metro de Nueva York. La mitad de las muestras obtenidas no han podido ser identificadas. Hablamos de 15.152 formas de vida y la mitad no sabemos qué son. ES una cantidad más que significativa que pone de relieve la limitación del conocimiento oficial, pues estoy convencido de que una parte de ese ADN no se originó en este mundo. Aunque eso no implicaría necesariamente que sean extraterrestres, pues el nuestro sin ir más lejos es el fruto de la manipulación genética llevada a cabo por las Expediciones como la de Delos que sembraron el cosmos con nuevas civilizaciones. Debemos hacernos con esa vasta información y cotejarla con la nuestra, seguramente tengamos clasificados algunos de esos seres que supuestamente no han sido capaces de identificar. Las tóxicas garras de la Academia están en todo informe y estudio científico, para mantener la Gran Mentira urdida a lo largo de los siglos, cuya destrucción es mi principal cometido.
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