Una prueba de nuestro éxito a la hora de revelar la Verdad es que los argumentos que arrojan nuestros enemigos para contrarestar nuestras investigaciones y matenerla oculta se vuelven cada vez más ridículos. Mi reacción al leer este artículo fue una sonora carcajada. Ante el aluvión de señales detectadas por los obervatorios que no pueden explicar más que como provenientes de civilizaciones extraterrestres, ahora se sacan de la manga un informe que apunta al mal uso de los microondas como fuente de dichas señales. Resulta que según estos siervos de la Academia, no son mensajes del espacio, sino humanos carentes de la paciencia precisa para esperar a que el micrroondas les indique que pueden abrirlo y deleitarse con lo que hubieran decidido calentar. ¿En serio? ¿Unos microondas pueden afectar de tal manera a unas piezas de alta tecnología? Si fuera así, habría que poner en tela de juicio todo lo que nos han dicho sobre el cosmos basado en las imágenes obtenidas por esos dispositivos tan sumamente frágiles. No me lo creo, estamos ante una torpe maniobra que sólo engañará a los más obtusos y a los que no quieren reconocer la Verdad, pues no hay peor ciego que el que no quiere ver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario