Una nueva revelación nos ha llegado a través de nuestro fiel informador. En el más reciente avistamiento de la Banshee, no le acompañaban ni su más que probable víctima ni un potencial aliado, sino su familia. Sí, su familia. Ya podemos descartar la noción de que sea una criatura de naturaleza solitaria que ansíe la compañía de algún ser humano, ya sea con o sin su consentimiento. Ahora sabemos que tiene padres y una hermana, y lo que es si cabe más importante, que todos son Banshees. Sus voces son como un coro infernal, lamentos de ultratumba que resuenan en nuestros huesos y entrañas, es imposible ignorarlos. Una vez te has expuesto a sus poderes sobrenaturales, esos gritos inhumanos te persegurián siempre. Nuestro valeroso aliado alcanzó a entender algún fragmento de su "afable" conversación familiar, departían con gran interés sobre la cercana Facultad de Derecho y daba la impresión de que la criatura cuyas andanzas hemos seguido, es una estudiante de la Universidad de Santiago de Compostela. Habla muy claro, aunque no sé si para bien o para mal, que una Banshee pueda estudiar la carrera de derecho en una universidad pública, sin levantar ningún tipo de polémica o escándalo, comentado hasta el hartazgo en los medios de comunicación.
Sospecho que su meta es conseguir el reconocimiento legal de su especie y que sacar el Grado de Derecho es una etapa de su plan. ¿Lo permitirá la Academia, dueña y señora de toda institución de educación superior del mundo? Si las Banshees dejaran el nebuloso mundo de las leyendas y mitos para ser una realidad de carne y hueso, no sólo asestarían un duro golpe a la reduccionista visión de la Realidad de la Academia sino que también abrirían la puerta al resto: gárgolas, unicornios, minotauros... Todas las criaturas que están hartas de vivir apartados del mundo, en rincones oscuros, sin poder disfrutar de los placeres que nos proporcionan los avances tecnológicos, saldrían en tropel a anunciar con júbilo y orgullo su existencia a la humanidad. No estáis solos, dirán, no tenéis que buscar vida inteligente no humana en las estrellas, existe aquí mismo, en la Tierra. ¿Los aceptaremos de buen grado como vecinos y hermanos o echaremos mano de las armas y sumiremos nuestro hogar en una guerra basada en el odio cerril y los prejuicios más despreciables? Espero que esta vez demos la talla.
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