Tal como anuncié el mes pasado, pongo rumbo hacia la gélidas tierras siberianas con dos objetivos: revisar el estado de los inquietantes pozos al infierno e investigar el propósito de la fortaleza abandonada. Sospecho que sus ocupantes, soldados del Imperio Uighur, sabían que debían estar alerta ante posibles amenazas provenientes de Siberia, quizás incluso conocieran los pozos. Una vez allí y según el avance de mis pesquisas puede que visite otros sitios de gran interés para esta bitácora de lo imposible.
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