Durante este semana en la Resistencia hemos reunido y contrastado rumores sobre un nuevo plan de la pérfida Academia, con la ayuda de los Hijos del Nuevo Mundo, especialmente de mi buen amigo y aliado, El Bibliotecario hemos sido capaces de separar el grano de la paja. La imagen resultante de esta labor de investigación es atroz, más propio de una pesadilla o una novela de terror. Pero antes de desvelarlo, una lista de algunos hechos significativos, no una de esas triviales con las que los blogs rellenan entradas para luego atraer visitas con titulares engañosos.
- El uso de drones se ha extendido tanto a nivel civil como militar, desde el reparto de paquetes al bombardeo de bases terroristas.
- La inteligencia artificial ya es tratada como algo de uso práctico en la vida cotidiana y no un mero concepto de la ciencia ficción.
- La crisis económica ha precarizado el empleo hasta el punto en que tenerlo no garantiza lo mínimo para vivir de forma digna.
- Tanto las empresas de tecnologías como los fabricantes de vehículos están trabajando en coches autónomos.
- En todos los sectores se busca automatizar ya no sólo la producción, sino también el trato con el cliente.
- Estamos ante una crisis de refugiados como no se veía desde la Segunda Guerra Mundial.
- Los límites de emisión de sustancias contaminantes no se cumplen, los tests han sido falseados y aún no sabemos el alcance del engaño.
- El movimiento antivacunas ha provocado el regreso de enfermedades que creíamos erradicadas.
La lista podría ser más larga, pues hay más hechos inquietantes produciéndose por todo el mundo, de forma más o menos velada. Tras estudiarlos y meditar sobre ellos, he visto un patrón que los une. En la Resistencia estamos convencidos que hay un plan para hacer innecesarios a los empleados de baja cualificación, reemplazándolos por máquinas. Nada nuevo, diréis. Yo os respondo que nunca se ha dado a esta escala ni a este ritmo. Están forzando a los trabajadores a aceptar condiciones humillantes para luego darles la patada. En empresas como Uber directamente ni siquiera son considerados como empleados, pues ellos se definen como un mero intermediario, un intermediario que establece las reglas y puede cambiarlas a su antojo. No hace falta ser un genio para intuir que el siguiente paso será prescindir de los conductores, gracias a los coches autónomos. Por otro lado nadie parece tomarse en serio ni el cambio climático ni las amenazas a la salud. Añadamos las despreocupación con la que se inician conflictos en ciertas regiones y se dejan a su suerte. ¿Qué hay tras todo esto? Pues es muy sencillo una vez uno lo ve. Los poderosos ya no necesitan mano de obra barata, y al paso que vamos puede que tampoco precisen de muchos empleados cualificados. Eso nos lleva inevitablemente a una situación que ya se discute abiertamente de un futuro sin empleo para un parte significativa de la población. ¿Y qué hacemos entonces con todos esos que ni tienen ni tendrán jamás un empleo? ¿Una renta universal ciudadana? ¿Lo permitiría un sistema que se basa en la creación de riqueza falsa y burbujas que explotan con previsible regularidad? La respuesta realista es un gran NO. Ahí es donde interviene esa serpiente insidiosa que es la Academia, susurrando en el oído de los gobiernos su plan. Sobra gente, les dicen con su voz melosa, templada por siglos de manipulación, gente pobre, incluso de clase media. No los necesitáis. Es más, sin ellos, todo iría mucho mejor. Más recursos a repartir, menos bocas a alimentar y menos problemas.
Lo que les ha propuesto la Academia puede sonar como el plan de un villano de James Bond o Batman, porque estaría directamente inspirado por ellos de no ser por su conocido desprecio a la cultura popular. Quieren eliminar a un gran parte de la población mundial, aquellos que consideran prescindibles en su futuro de radiantes máquinas autónomas y eficaces. Sí, ELIMINAR, y usarán toda herramienta que sirva para alcanzar dicho fin. Desde enfermedades nuevas o "erradicadas" hasta guerras y catástrofes no tan naturales. Ante esta brutal amenaza a la Humanidad no cabe otra opción que plantarles cara con firmeza. Espero poder contar con vuestro apoyo. Lo necesitaremos.
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