Vivimos en una permanente crisis, cada día nos levantamos con una polémica, una tragedia, un escándalo o una combinación de todo lo anterior. Los medios de comunicación y las redes sociales se retroalimentan inflando hasta el absurdo noticias sin importan su veracidad ni calibrar su relevancia. Un puñado de mensajes es convertido por el arte del "clickbait" en Twitter/Facebook... carga contra ... No importa que esta furia en una botella no lleve a nada productivo. Lo más que se consigue es que alguien pierde el trabajo por hacer un chiste de mal gusto o una empresa se retracte para apaciguar los ánimos. Todo parece diseñado para mantenernos en una tensión constante, al borde del ataque de nervios. En momentos así es imperativo recordar que podemos, más aún, debemos salir de esta jaula, y vivir, que no es lo mismo que sobrevivir dentro de los límites asfixiantes que nos quieren imponer la vil Academia y sus cómplices.
No limits
En la Resistencia, gracias en gran medida a nuestros contactos con la Expedición Delos, sabemos que los seres humanos somos capaces de mucho más de lo que creemos, y que muchos límites que damos como algo cierto e inamovible sólo existen en nuestra mente. Por mi parte, os puedo decir que estoy investigando la posible conexión entre la base de la ruin Academia en el monte Pedroso con la casa del patio misterioso. En base a la información que ha recopilado nuestro equipo de vigilancia, estoy convencido de que ese edificio no está abandonado como parece y que se utiliza con regularidad para infames rituales con los animales que salen del cubil académico tras ser sometidos a cruentos experimentos. Nuestros enemigos también quieren ir más allá de los límites, pero sus motivos son muy diferentes. El dominio completo y absoluto, la erradicación del pensamiento libre, y ante esa amenaza debemos plantar cara con resolución, pues si perdemos será nuestro fin.