Pasear sin rumbo fijo por una ciudad, en este caso Santiago de Compostela, es una actividad que recomiendo apasionadamente. Uno nunca sabe que se puede encontrar a la vuelta de la esquina o con quién se puede cruzar. Alquimistas legendarios, cubiles de la Academia, petroglifos de civilizaciones olvidadas...Nuestras urbes contienen fascinantes historias a la espera de ser descubiertas y compartidas.
Hoy os traigo dos ejemplos llamativos. ¿Qué vemos en estas dos fotografías?, ¿son benévolos aunque inquietantes protectores de sus respectivos dominios o totems siniestros que vigilan y espían a todo aquel que pasa por delante, para informar luego a sus superiores? Yo prefiero decantarme por la primera posibilidad, que sean Guardianes del hogar, si bien no puedo negar que causan inquietud. ¿Qué opináis vosotros, mis estimados lectores? ¿Fuerzas del Bien o herramientas del Mal? ¿De qué lado están?
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