La implacable y voraz deforestación del Amazonas, vital pulmón de nuestro planeta, ha dejado a la vista una serie de estructuras geométricas cuya importancia igual a las líneas de Nazca. Por eso mismo, a pesar de que se conocen desde hace unos veinte años, en la práctica han sido ignoradas tanto por los investigadores como por el público general. Los lectores habituales de esta bitácora del pensamiento heterodoxo ya habrán identificado al responsable de este ocultamiento, que empieza a flaquear. La Academia se ha negado a incluir estas construcciones geométricas. Zanjas y fosos de uno a cuatro metros de profundidad y unos 12 metros de ancho, que llegan a delimitar superficies de 300 metros cuadrados. ¿El motivo? Muy sencillo, su existencia derriba la tesis oficial según la cual esa región en la época precolombina presentaba escas señales de poseer población o de ser el hogar una civilización. Ahora no cabe duda para ningún investigador honrado de que sí hubo una civilización avanzada en esas tierras que dejó un legado que quedó oculto por la vegetación, y que debemos estudiar. ¿Cuál era el fin de esas figuras? No me convencen las explicaciones pacatas que recurren a ofrendas a dioses, aldeas más o menos temporales o granjas. Siento que hay algo más, con más enjundia y más repercusiones en el presente. ¿Vosotros qué opináis?
No hay comentarios:
Publicar un comentario