Pensar en cómo podría dar esta noticia Patrick Von Steiner ha sido un factor decisivo para que me animar a escribir esta entrada. 100 años después de que Albert Einstein predijera su existencia a partir de su magna teoría de la relatividad general, el LIGO ha sido capaz de detectar ondas gravitacionales simultáneamente en dos de sus centros, gracias a un reciente actualización de sus infraestructuras.
Las ondas gravitacionales son causadas por la colisión de cuerpos supermasivos como agujeros negros o estrellas de neutrones. En este caso el causante fue el choque de dos agujeros negros hace más de mil millones de años que convirtió en energía el triple de masa de nuestro sol. Este descubrimiento no se limita a afianzar la figura de Einstein sino que abre una nueva venta por la que observar y estudiar el universo. Ahora podremos estudiar objetos que no emiten luz, usando las ondas gravitaciones que vienen a funcionar como las ondas que se crean en el agua cuando tiramos una piedra. Intuyo que mi aliado suizo ya les estará buscando aplicaciones relacionadas con alienígenas y otras dimensiones, y por eso quería intervenir antes y dar una versión seria. No es que no existan alienígenas y dimensiones más allá de las que experimentamos conscientemente, pero no es necesario sacar estos temas a colación a cada paso, más aún cuando la noticia ya es suficientemente impactante de por sí. Hoy tenemos una nueva herramienta y una nueva confirmación de la relatividad general. La ciencia nos da una alegría en un momento en el que parecen escasear las buenas noticias y los rumores de una nueva crisis amenazan con acabar provocándola.
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