Mayo nos trae ya una buena noticia, he empezado una interesante investigación en la Ciudad de la Cultura, un imponente complejo que esconde secretos que se intuyen en su diseño, empezando por sus dimensiones faraónicas. Hay puertas que parecen pensadas para criaturas no humanas. Aquí me podéis ver sobre el terreno, en medio del complejo, junto a un plácido lago lleno de vida, oculta a la vista pero no al oído. Algunos dicen que son ranas, otros apuntas a posibilidades más jugosas y que entroncarían con la tesis de que detrás de esta construcción hay alienígenas. Si son aliados o enemigos aún está por ver.
Seguramente echaréis en falta mi fiel pipa, igual que yo, sabed que está siendo reparada tras un desagradable incidente con un mezquino académico que me atacó a traición en un lugar sagrado para los investigadores genuinos, una biblioteca. Salí indemne, a costa de ver como mi pipa recibía el golpe destinado a mi persona. Afortunadamente está en buenas manos y pronto la tendré de vuelta restaurada. Me siento raro sin ella, como desarmado, pero el deber manda y no puedo esperar. La Verdad sobre la Ciudad de la Cultura nos espera.
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