Mi aliada Ellen Blackmoon le ha dedicado un duro artículo a la creación del científico y empresario ruso Igor Ashurbeyli. Sus argumentos son sólidos y están expuestos con claridad, mas uno no puede evitar sentir que al menos una parte de su reluctancia a esta iniciativa viene de verla como una competencia directa. Asgardia es una nación hecha de cero, basada en unos ideales, que aspira a superar las barrares que nos hemos autoimpuesto los humanos. Yo creo que debemos darle tiempo para ver cómo se desarrolla, merece una oportunidad.
Ya han superado los 400.000 inscritos, una prueba de la acogida esta iniciativa y de la demanda que hay por propuestas nuevas que rompan con los sistemas anticuados que se muestran incapaces de sacarnos de esta crisis económica y social que no parece tener fin. No es de extrañar pues que ya haya sufrido su primer ataque, del de que dan cuenta en su página web. Intuyo quién puede estar tras esa ofensiva, no hace falta mencionarlos. Sus métodos mezquinos son reconocibles en cualquier parte.
Desde esta bitácora seguiremos con atención la historia de esta nueva nación, Asgardia. Ante sí tienen un camino lleno de obstáculos y trampas, deseémosles suerte pues la necesitarán.
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