El astronauta de la Puerta de Ramos de la Catedral Nueva de Salamanca podía ser explicado como una marca de la época en la que fue rehabilitada sin recurrir a los malabarismos mentales que suelen requerir las tesis oficiales de la corrupta y decadente Academia. En ese caso podríamos poner sobre el terreno de juego la explicación oficial sin reparo ni pudor alguno, pero, cuando se encuentra con un dragón a punto de deleitarse con tres bolas de helado tiene que plantarse. En la historiografía oficial no hay cabida para los dragones ni ninguna criatura propia del folklore, las leyendas y los mitos. La acartonada pseudoracionalidad impuesta por los académicos ha confinado a las criaturas fantásticas a los márgenes de la "realidad" y ha convertido a sus investigadores en una banda de ingenuos o estafadores. Un dragón con un helado no es algo que asociemos al siglo XX, no al menos de forma pública, por lo que a la fuerza debe haber un mensaje oculto. Y no, una broma no lleva a su autor al extremo de inmortalizarla en piedra. El contraste del calor íntimamente asociado a un dragón con el frío de las copas de helado podría ser la clave para descifrar el mensaje, mas hay tantas posibilidades que por el momento es una tarea hercúlea. Encima el autor de dicha obra negará haber dejado un mensaje con la misma, pues su vida y su carrera dependen de su discreción. La rancia Academia es cruel y vengativa, no duda en destrozar a cualquiera que ose salirse de las líneas que marca a fuego. ¿Qué opináis? ¿Veis alguna pista que se nos escape en la figura? ¿Algún experto en dragones en la sala?
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