La salada Haruka Shimazaki interpretando High Tension, su último single en AKB48
Ha llegado el último día del año. Se despide el 2016 y creo que debemos terminarlo, no recreándonos en sus tragedias sino en sus buenos momentos, que los ha tenido. Vivimos en una cultura que concede más prestigio a la tragedia que a la comedia, que muestra comprensión ante las lágrimas desconsoladas de una víctima y mira con desconfianza la sonrisa. Todos los años tienen luces y sombras, para unas personas pueden ser el peor de sus vidas, y para otras el mejor. Sin embargo, los medios de masas nos imponen consensos, que sistemáticamente priorizan las malas noticias, convenciéndonos en el proceso de que vivimos en una imparable cuesta abajo. Yo me rebelo ante ese pesimismo injustificado y derrotista. Rechazo de forma tajante las profecías autocumplidas que auguran todo tipo de catástrofes. Y no estoy solo. La Resistencia, el movimiento del que soy parte, ha obtenido importantes victorias frente a los enemigos de la humanidad y la Verdad, porque nos negamos a aceptar ese pesimismo de salón, ese cinismo postmoderno que da todo esfuerzo por inútil.
Slumber party, videcoclip del nuevo disco de Britney Spears, Glory
Por eso, celebro este fin de año, no atrapado en la recuerdo de los que nos han abandonado, sino deleitándome con creaciones del 2016, como estos singles de dos grandes fenómenos de la cultura pop como son AKB48 y Britney Spears. Eso no quita que recordemos a los que nos han dejado este año, tan propenso a robarnos estrellas, pero que sea para celebrar sus vidas, sus obras y no para regodearnos en la miseria y la tristeza. Al acabar el día nos espera el 2017, lleno de posibilidades, afrontémoslo con ilusión.
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